Era algo previsible: la pandemia empezó a tocar a su fin, y los importes de buena parte de las entradas de la esfera del sector del ocio y el entretenimiento se han disparado por las nubes. El mundo musical, por hablar del caso que más nos atañe, está en llamas en ese sentido: si se paran a revisar las cifras comprobarán como los importes de los boletos han subido de forma llamativa. Ese es el caso, por poner varios ejemplos, del Primavera Sound Barcelona y Primavera Sound Madrid, con abonos generales a 270 € y 260 € respectivamente (sin gastos), y también de un evento tan importante a nivel internacional como es Glastonbury Festival. De las 280 libras / entrada se ha pasado a 335-340, hecho que demuestra que ha existido una subida de casi el 20% del importe total de las mismas. Por un reglaje similar también se han visto obligados a transitar otros eventos británicos como Reading & Leeds o Secret Garden Party.
«Existen muchos nervios de cara al año que viene por el hecho que las cosas no pueden continuar funcionando de la misma manera«, comenta Fox Valentine, reputado área manager y director de producción del Acoustic Stage de Glastonbury, entre otros festivales. «Muchos festivales se vieron forzados este año a hacer conciertos anteriormente pospuestos. El precio de la infraestructura ha subido, por lo que el precio de las entradas no llegó a cubrir el evento, sin hablar del coste de la contratación del staff y los costes de almacenamiento de equipo en plena pandemia«.
Varios son los costes que han generado esta notoria subida de precios. El primero, uno de los más notorios, guarda relación con el staff. Según Valentine, «muchos» de los miembros de la «crew» cambiaron de aires en la pandemia, por lo que apenas hay gente con cierta experiencia en el sector. Por ello, antes de la cuarentena aquellos trabajadores semi cualificados que se ocupaban del Latitude Festival costaban alrededor de 80 libras / día de servicio. Este año, a causa de todo lo sucedido desde 2020, ese festival se ha visto obligado a fichar a empleados sin experiencia alguna por no menos de 145 libras.
Otra causa es el incremento del coste de la gasolina a nivel global. Como indica Valentine, a ellos ya no se les permite emplear gasoil rojo para el transporte. «La industria se esfuerza mucho para reducir la huella de carbono, pero el hecho es que el biocombustible ya no se puede utilizar en cierto equipo. Necesitamos algo fiable porque estamos potenciando la ciudad más grande de Somerset con salas de maternidad, escáners MRI y comisarias, aparte también de escenarios«. Aparte de esto, también el coste del alquiler de equipo ha subido a causa la gran demanda y escasa oferta existente hoy por hoy en el sector.
A causa de todos los datos citados, los profesionales no quieren engañar al personal, y dejan claro que el futuro festivalero no pinta de color de rosa. «Da miedo mirar hacia adelante y ver que no está claro cuántos de estos eventos sobrevivirán si las cosas se continúan haciendo como hasta ahora«, comenta Joe Barnett, director de la compañía New Bohemia Music encargada de producir We Out Here, Outlook y Dimensions Festival. «Estamos lejos de decir adiós, pero varios [compañeros] con los que hemos hablado están pensando en echar el freno o abandonar de forma definitiva«. Tocará rezar y esperar que los citados y misteriosos camaradas no residan dentro de nuestras fronteras.
Más información respecto a toda esta comparativa, en el sustancioso artículo publicado hoy mismo por VICE.