Este 20 de octubre llegaba el duodécimo álbum de estudio de Destroyer. La banda de Dan Bejar, que está de vuelta de todo y ha trabajado ya sobre más géneros que días tiene la semana, sigue con su progresiva reducción de efectivos, y en este caso nos entrega “Ken”, un disco conciso y oscuro que poco tiene que ver con sus predecesores.
“Ken” es un trabajo que se centra sobre las primeras bandas que escuchó Bejar cuando se crió en Vancouver. No resulta complicado encontrar en él claras referencias al post punk, el new wave o los mismísimos The Smiths (incluso Suede, como bien apareciera en la nota de prensa). El uso predominante de cajas de ritmos y teclados especialmente melódicos marca todo el desarrollo del LP, que se convierte en lo más parecido a un disco de pop que la banda canadiense haya firmado hasta la fecha.
La ruda producción de Josh Wells se hace notar desde el minuto 0. Los bajos se vuelven más oscuros y poderosos, beneficiando que las siempre socarronas letras de Bejar suenen más cínicas que nunca. Es sin embargo a través de los teclados y las leves y armoniosas guitarras como se genera este contrapunto entre unas sonoridades y referencias en ocasiones oscuras y desangeladas (‘La Regle du Jeu’), y en otras luminosas y dulzonas (‘In The Morning’). Resulta a priori complicado entrar en esta nueva narración de Destroyer, su legítima búsqueda anterior de momentos etéreos y de belleza instrumental se borra del mapa en “Ken”, donde el objetivo parece claro: hacer canciones breves y hermosas de apenas dos o tres minutos.
Así el decimosegundo disco de Destroyer realmente funciona como uno que pudiera haber salido en los 80. Con permiso de la edad y el recorrido de su líder, se desarrolla de una forma especialmente enérgica y abrupta, casi inmadura, invitando a un estado de despreocupación o de momentum juvenil e impaciente, en el que uno no tiene tiempo para patochadas pseudo ambientales de 12 minutos. El que este objetivo esté tan bien conseguido es tanto un punto a favor como uno en contra, pues nos deja con ganas de escuchar de nuevo estas elongaciones instrumentales que elevasen “Kaputt” o “Destroyer Rubies” a la categoría de lo mejor de sus respectivas décadas. En “Ken” es fácil desprenderse de la atención, pues, aunque el espíritu de Destroyer está intacto y la voz de Bejar continúa inconfundible, puede uno olvidarse de que está ante el disco de una banda como la canadiense.
El LP, especialmente breve, toca a su fin de forma oscura y una vez más precipitada, con dos temas especialmente desconcertantes, la balada sintetizada ‘Stay Lost’ y el “cabaret oscuro” (así la denominaba Bejar en nuestra entrevista) de ‘La Regle du Jeu’. Este último cierra de forma sugerente a la par que desconcertante uno de los discos más atrevidos y arriesgados de la larga carrera de Destroyer, lo cual ya es noticia después de más de 20 años. Aunque “Ken” no es un álbum redondo ni cumple con exactitud todos los requisitos que se autoimpone, es otro gran trabajo de Dan Bejar y compañía. Demuestra su infalible habilidad camaleónica y evolutiva, además de su incansable búsqueda de nuevos escenarios.