Justo hace un par de años escribimos una líneas para divisar un nuevo “Promesas” que nos ponía con las orejas a flote. Los madrileños Wild Animals emergían con un potente disco debut “Basements: Music To Fight Hypocrisy”. Enrabietados, ruidosos y con melodías pop para acabar de rematar el tinglado. Combo ganador. Después de dos años de haberle dado al play más que al F5 cuando no se carga tu contenido favorito de Pornhub, por fin, llega el segundo álbum que se nos presenta como la confirmación de aquello que pintaba tan bien. Se trata de “The Hoax”, y esta vez también viene de la mano de los amigos de BCore -en colaboración con La agonía de Vivir, nadie mejor que ellos para poner el hocico en ruido bonito.
A pesar de hablar de mentiras en su título, realmente Wild Animals no hacen más que prolongar las buenas maneras enseñadas en su disco debut. El trío madrileño formado por Fon, Paula y Jaime se ha puesto las pilas para apuntalar un disco muy compacto. Diez canciones escritas entre los tres donde hablan de amistad, recuerdos compartidos y nostalgia de la que empalma el alma (no la de cortarse las venas a lo Thom Yorke). La canción que abre el disco ya es una muestra certera de ello. ‘Lost in translation’ recupera anécdotas y vivencias de su última gira, honorando a la icónica película de Sofía Coppola. Y es que su tour les llevó a Japón (además de toda Europa y doblete por UK), y es que este tipo de viajes dan para anécdotas más allá de hartarse a ramen. Luego el disco avanza con pistas como ‘Interrupted girl’ donde sacan su parte más rabiosa y Paula se anima a poner la voz también. Cuando cantan a dos voces realmente la conjugación resultante es de alzar el vaso para brindar. Seguidamente ‘Everybody loves you when you are dead’ es otra de las canciones que nos transporta rápidamente a su disco anterior, como un puente para que el trayecto entre los puntos A y B sea de lo más apacible y nuestros oídos viajen cómodamente en primera clase.
Con todo esto es complicado escoger canciones que sobresalgan porque el conjunto es musculado y tiene personalidad propia. El sonido sigue siendo sucio pero brillante y parece que Wild Animals van haciendo camino para moldear su personalidad sonora. Evidentemente los riffs a destajo, las baterías espasmódicas y el grito como bandera son la santa trinidad que gobierna su estilo. Todo ello con ramalazos a Dinosaur Jr o Built to Spill que nos sirven como coordenadas sonoras. Combo ganador, como decíamos. Esperamos poder verlos pronto en directo y que nos sigan deleitando con su actitud, además de acumular nuevas vivencias que sirvan de abono emocional para escribir su tercer disco.