Flying Lotus – Flamagra | Crítica

Flying Lotus Flamagra

Steve Ellison lanzaba hace unos días su sexto trabajo de estudio. El de Los Ángeles, comenzó a destacar con su segundo LP, que llevaba por nombre el de su ciudad natal (el primero su año de nacimiento); y una vez fue generando un cósmico universo alrededor de su figura, terminó por convertirse en uno de los productores más atrevidos del panorama, lo cual no le ha alejado de la celebridad. Muestra de ello es la inabarcable lista de colaboradores de su nuevo trabajo, “Flamagra”, entre los que se incluyen Solange, Toro & Moi, Thundercat, Shabazz Palaces, David Lynch, George Clinton… Flying Lotus congrega (que no sintetiza) sin aparente turbación trip hop, trap, soul, downtempo, jazz, funk… Todo un ecosistema de estilos y artistas que conforman este nuevo trabajo como un compuesto con su razón de ser en sí mismo, como una representación completa del universo inconsciente de Ellison; que se expande al abrirse arrastrando por delante cualquier pretensión ordenadora.

Si por algo se caracterizan los trabajos de Flying Lotus es por su coherencia interna. Son un pequeño cosmos con una serie de especies las cuales se alimentan las unas de las otras, y si no fuera de tal modo, si una especie desapareciera, la cadena trófica caería como un castillo de naipes. Ellison tiende así a compensar los cortes largos con interludios absorbentes, que ayuden al oyente a circunscribirse al sonido, o a encontrar un momento de sosiego tras varios minutos de frenesí. En “Flamagra”, que tiene nada menos que veintisiete cortes, el angelino ha decidido recolectar algunas cosas que hizo a lo largo de los últimos cinco años. Para su capacidad creativa y su orden subconsciente este parece un tiempo -tal vez- demasiado extenso con el que conformar un sonido bien cohesionado, pero su sexto álbum encuentra momentos en los que suena perfectamente balanceado.

Detenerse a analizar una por una todas las canciones (seiscientos interludios incluidos) de este “Flamagra” es una tarea que no le deseo a nadie. Por ello, es más sencillo dar un parte de salud general, e ir señalando algunos detalles. Steve Ellison hace en su nuevo trabajo algo que hasta el momento no había necesitado: depende de sus colaboradores. Mientras que en los cortes en solitario –‘Takashi’, ‘Andromeda’- busca insuflar vida al universo del LP con ritmos de jazz, r&b o melodías accesibles, siempre parece necesitar de algún elemento más para dotar de energía al conjunto. Así, después de canciones un tanto huesudas como ‘All Spies’, hace falta la intervención de Tierra Whack, o la posterior de Denzel Curry (en boca de todos ahora mismo). En este sentido, se nota en sobremanera que Ellison ha estado produciendo otros trabajos y colaborando con otros artistas después del lanzamiento de su fantástico trabajo “You’re Dead!”. Da la impresión de que ha alcanzado tal capacidad asociativa, que parece costarle desprenderse de ella en beneficio de su faceta más personal y abstraída.

De este modo terminan destacando las colaboraciones, como ‘Actually Virtual’ el hipnótico corte de arcaica percusión con Shabazz Palaces o ‘The Climb’, la enésima asistencia que Ellison recibe del sensual bajo de Thundercat. Pero no todo son malas noticias para Flying Lotus en solitario; tanto en la intro como en la onírica ‘Debbie Is Depressed’ el músico encuentra su propia voz (literalmente) con bastante acierto. Entre reverberaciones y exuberantes detalles de sintetizadores galácticos, nos muestra que en “Flamagra” el principal protagonista es la narración -como siempre-, pero bajo la batuta de la voz, una parte que en su música siempre ha sido más un medio que un fin.

Bajo mi punto de vista el último fragmento del disco (del corte diecinueve en adelante) es el más atinado. En él Flying Lotus se olvida un tanto de crear un ambiente lo suficientemente profundo y trascendental y dirige su atención a las pistas vocales, con varios cantantes que destacan por el uso melódico de su voz. Al ya mencionado Thundercat se une Toro & Moi en un corte de R&B espacial, sexy y relajado (con ese aire “chill” que caracteriza a Chaz Bear). Tras ella está el mejor tema de ambiente hip hop de todo el LP, la sustanciosa ‘FF4’, que sí que mira de tú a tú a ‘Cosmogramma’, y que da paso a la redentora ‘Land of Honey’, con Solange. Con unos coros casi celestiales y ese aire pausado, esta canción sí que remite al final del recorrido del universo “Flamagra”, que se precipita a su conclusión en los dos subsiguientes cortes.

Si bien el nuevo trabajo de Flying Lotus sigue siendo una colección indispensable para comprender el sonido de la “música negra” de esta década que toca a su fin, no parece fundir con tanta coherencia esos estilos de orden clásico y el desbordante gusto por la música progresiva de Steve Ellison. A pesar de ello, cuando “Flamagra” acepta su propia naturaleza pop y se deja de ostentaciones experimentales, misteriosas y místicas, toma una fuerza que muy pocos autores pueden darle a su música en la actualidad. Por ello lo más natural será que quede dentro de la discografía de FlyLo como un trabajo de transición, que veremos, ya en la década que viene, dónde lleva a uno de los productores más estimulantes y transgresores de las dos pasadas.

Escucha “Flamagra” de Flying Lotus en streaming.

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