En aguas de “radio encubierta” navega el grupo Porridge Radio, solo que en lugar del norte, ellos se sitúan en las coordenadas del sur de Inglaterra, para ser exactos, de la costa de Brighton. Allí, el mar es su barómetro: frío, bravo, turbulento, como el Atlántico chocando contra las Cliffs of Moher. Aunque al mismo tiempo es, y ha sido, su medicina natural, o lo que es lo mismo, el catalizador que ha hecho posible que “Every Bad” (2020), su segundo álbum, haya salido a flote. Si digo que los chapuzones le han dado a la cantante Margolin (a primera vista, una doble de Adrianne Lenker de Big Thief), la paz y el equilibrio para sacar adelante este trabajo con más pinta de debut que de segundo LP, no me equivoco. El mar es su depurador de problemas confeso.
A modo de hoja de ruta del disco, podríamos empezar por un “Todo mal” cuando “te sientes frustrado y tratas de entender las cosas” y luego seguir con un “mecagontó“. Digamos que esta es la corriente que se mueve dentro de “Every Bad”, un disco lleno de sentimientos de incomprensión, de pausas para el razonamiento y luego de ráfagas de impotencia. ‘Born Confused‘, tema con el que abren, pone todo ese ciclo sobre la mesa: “¿Qué está pasando conmigo? Tal vez nací confundida“, confiesa la cantante. A la vista queda que las aguas no están finas. Las olas que mecen a Porridge Radio en esta expedición pueden ganar tamaño en cuestión de segundos. A la que te despistas, pasamos de la bandera verde a la roja. Y te comes el lengüetazo.
A partir de aquí, veamos cómo acompaña. “Every Bad” tiene un registro que parece clonado al de muchísimas otras bandas de la escena DIY inglesa, aunque realmente en este álbum han dado un timonazo sonoro a órdenes de Jennifer Decilveo desde el camarote de producción; nada que ver con su debut de 2016. Ese salto cualitativo es clave para que los temas suenen creíbles. De otra manera, una canción como ‘Don’t Ask Me Twice‘ no tendría la mitad de impacto. Luego, otro punto reseñable del disco es cómo canalizan esa frustración anunciada a los cuatro vientos. De una forma muy orgánica, como olas chungas naciendo desde dentro del océano, y rompiendo finalmente en la orilla. Ejemplos los tenemos en ‘Sweet‘, una canción que en las segundas voces parece reencarnarse en The Libertines, en ‘Lilac‘, de trazos más punk. o en ‘(Something)‘, donde marca el contrapunto a nivel de estilo. Incluso en su versión más pacífica (y no hablo de océanos), ‘Circling‘ bebe y se plastifica en la idea del ciclo circular del mar. Como dice la cantante, “el flujo de las olas, que llegan sin parar, el cómo lo lavan todo sin juzgarlo, y luego lo traen de vuelta” fue su inspiración.
Lejos de sintonizar con clásicos como los Rolling o The Kinks, Porridge Radio codifican su señal con la escena más actual y alternativa inglesa, donde suenan bandas inglesas como Goat Girl o Dry Cleaning. “Every Bad” es un disco poco disruptivo, pero que en ningún caso naufraga ni piratea señales vecinas. Siempre van rumbo a Brighton y, en este caso, sobrados de buenos temas en la recámara.