Aphex Twin – Collapse | Crítica

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Hace unos días llegaba de la mano del celebérrimo sello Warp el último lanzamiento de Richard D. James, aka Aphex Twin, The Tuss, AFX, GAK etc, etc… “Collapse” es un frenético ep de 5 cortes (aunque hay por ahí un rework del adelanto) que colecta con frescura y fuerza los sonidos más accesibles y reconocibles de sus últimos trabajos. A caballo entre “Drukqs” y “Syro” los 25 minutos que dura pueden dejarle a uno con un tic nervioso o pequeños estragos psíquicos, pero, una vez se supera la barrera sonora de su compleja electrónica, el cacharro se vuelve colosal.

A pesar de lo que a primera vista pudiera parecer, el EP está mucho menos determinado de lo que cabía esperar por ritmos de discoteca ruda. En su lugar, se abre un abanico de breakbeats y giros instrumentales, sintetizadores estelares, y alguna que otra referencia a la cultura rave. Ya en ‘1st 44’ aparecen unos sorprendentes samples vocales distorsionados, que, junto con una base excitada, mantienen todo el cuerpo en tensión. La oferta de cambios, arritmias y sonidos exquisitos y cartilaginosos es tal, que detenerse a analizar individualmente los de un solo corte se tercia inabarcable. Del mismo modo, pensar en la supuesta programación o la tarea enciclopédica del propio Aphex Twin parece un asunto hercúleo. No hay momento en este “Collapse” para la relajación, no hay tampoco oportunidad para crear estima con una melodía o una trama sonora, pues ninguna se sostiene durante mucho tiempo, dejando al oyente con la sensación de ir siempre por detrás, a la caza del ingenio de James.

‘MT1 t29r2’ resulta ser (no había razón para pensar lo contrario) la canción más oscura del trabajo. Su sintetizador estratosférico y las distintos graves que lo van desfigurando recuerdan a cualquier ambiente industrial, portentoso y un tanto apocalíptico, lugar del que proviene el sonido de James. Así, entre el futurismo y el primitivismo, el corte se desarrolla de forma imparable, paseándose por la orilla del drum&bass, del acid techno, o incluso cierto acid jazz, suave y fino entorno a la mitad (un Squarepusher pulido). Como canción más juguetona queda ‘abundance10edit[2 R8’s, FZ20m & a 909]’. Lo más cercano a cierto dub que ha hecho Aphex Twin, y que sorprende enormemente, primero con las ardientes palmas, pero más tarde con un sintetizador más propio de AFX y un sample vocal especialmente claro. Tampoco dejará indiferente su luminoso final, uno de los momentos más diáfanos que nos ha dado James bajo este pseudónimo desde los 90.

El EP cierra con ‘pthex’, el otro tema (junto con el adelanto) que podría considerarse ‘cadencioso’, si es que esa palabra se le puede aplicar a algo de todo “Collapse”. Aunque resulta presumiblemente el menos atractivo, no es para nada un descarte, y podría ser el que más se asemeja a la era “Drukqs” que antes comentaba. Sin aparentemente esforzarse demasiado Aphex Twin ha sacado un EP que va a ser uno de los lanzamientos más importantes de electrónica del año. Lo va a ser, además, no por su reputación, sino porque una vez más James cumple con las expectativas y nos entrega un producto que lleva su marca personal, una de gran exclusividad y -por lo que parece- inimitable. Es desconcertante cómo después de treinta años sigue teniendo la capacidad de seguir sonando a sí mismo, adelantado a su tiempo, totalmente verosímil y sin renunciar a sus normas. Además, tendremos el privilegio de verle en el BIME en apenas un mes.

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