Cuesta creer que después de llevar tanto tiempo entre nosotros y dando vueltas por la escena, sea ahora cuando estemos parándonos a hablar de su puesta de largo con un LP de debut. Hasta la fecha, Easy Life ha estado sirviéndonos con cuentagotas algunas espaciadas dosis de su relajado buen rollo, a través de EPs y singles que consiguieron otorgarles logros como una aparición en el show de Jools Holland o grabar una pieza para el popular canal de YouTube “Colors”.
No obstante, y pese a los rápidos méritos acaecidos, la banda de Leicester se sentía desprovista de un álbum formal con el que presentar su propuesta a los distintos públicos que abarca. Y considerando que estamos a las puertas del cambio de estación, han elegido un momento más que idóneo para abrirnos las puertas de su “Life’s a Beach” (Island Records, 2021).
Pero que no nos engañe la estética estival que envuelve el álbum. Siguen conservando ese deje fresco y desenfadado que logran a partir de un R&B indie bastante particular, pero atrás han quedado los días en los que llenaban mixtapes con canciones sobre fines de semana de desenfreno. Como tantos otros compañeros de generación, Murray Matravers decide sumarse en esta ocasión a la lista de artistas que están comenzando a trabajar la salud mental como eje central de su lírica. Por eso, de entrada recibimos el primer e inesperado giro, pues para abrir el disco optan por “A Message to Myself”, un breve tema de apenas dos minutos donde abogan por el amor propio y la auto-determinación.
No es casualidad que el disco abrace cuestiones de esta índole si consideramos que fue concebido durante los meses más aciagos de confinamiento. Por ello, los momentos oscuros que la banda se permite a lo largo de las doce pistas que componen el LP son más reiterados y frecuentes de lo esperado. Pesadillas personales, sentimientos de desazón o nostalgia son algunos de los elementos que nutren el intimista discurso del quinteto británico. Una remarcable valentía que ve en “Living Strange” su momento más introspectivo y reflexivo, a través de versos como “Suicidal thoughts, I tell the taxi to drive slow. 999, it’s a friendly emergency, but fuck knows what I was thinking.”
Sin lugar a dudas, ahora vemos con otros ojos ese coche que aparece medio hundido, flotando sobre el mar, en la portada del álbum.
Pero a pesar de denotar una notoria seguridad en ellos mismos a la hora de dar espacio a estos lóbregos contenidos, la tónica general del álbum reduce su intensidad gracias a la singular habilidad del grupo para poner de buen humor a quienes están al otro lado. Sin ir más lejos, el álbum cierra con un dinámico tema que está a caballo entre el spoken-word y el funk, y que definitivamente nos encantaría escuchar mientras caminamos de vuelta a casa.
Pero por encima de todo, “Life’s a Beach” es una mirada osada y poderosa a una serie de dolencias generacionales que durante el pasado año encontraron un terreno fértil en el que desgraciadamente poder proliferar. Invita que le plantemos cara a todos los claroscuros personales desde el ritmo y el entusiasmo. Ya que, ante todo, detrás de cada manifestación emocional que los británicos plasman en su disco, hay una nota de color y de optimismo que ya es marca de la casa.
Resumen de la crítica:
Pros
- Nos presentan por fin un esperadísimo trabajo en formato largo
- Denotan madurez emocional a la hora de introducir otros registros en las temáticas de sus letras, abrazando momentos de duda y angustia
- A nivel técnico, consiguen un sonido muy cuidado y lleno de matices: la voz de Murray Matravers se desliza deliciosamente sobre esos ritmos de R&B alternativo
- Combina con acierto los momentos de subida y bajada, emocional y rítmicamente hablando
Contras
- La fórmula en ocasiones puede acabar sonando un tanto lineal y algo carente de recursos