Tenemos una nueva chica Bond, y su nombre es Kali Uchis. La artista colombo-estadounidense acaba de publicar su segundo álbum, titulado “Sin Miedo (Del Amor y Otros Demonios)”, y no podría encajar mejor como banda sonora de una película de espionaje en la que la pasión y el desamor son elementos clave. Y como toda buena película de acción, el álbum rebosa drama por todas partes. Kali Uchis encarna a una femme fatale que, tal y como muestran las alas de la portada, renace de sus cenizas cual ave fénix para demostrar que, aquí, ella es la que manda.
Y no, no lo decimos simplemente por la pista número cuatro (“¡aquí yo mando!”), sino por la propia naturaleza del disco entero. Karly Marina Loaiza muestra orgullosa sus raíces latinas y sus influencias musicales de la infancia en el que es su primer disco íntegramente en español, con un guiño a la novela de Gabriel García Márquez del mismo título y con colaboraciones de otros artistas latinos como Jhay Cortez, Jowell & Randy o el productor Tainy. A juzgar por los primeros singles, muchos pensábamos que Uchis se iba a inclinar esta vez por el reggaetón más clásico, pero lo cierto es que en el disco convergen más géneros como el soul, el R&B o el pop que lo hacen mucho más delicioso de escuchar de principio a fin. Y estamos hablando de un trabajo de 13 canciones.
‘la luna enamorada’ abre el disco de la manera más elegante y sensual posible, a través de una adaptación de ‘La luna en tu mirada’ del grupo cubano Los Zafiros, para dar paso después a ‘fue mejor’, el primer featuring de la mano de nada menos que PARTYNEXTDOOR. El LP avanza y, de pronto, llega la que para mí es la mejor canción: ‘vaya con dios’. Solo bastan un par de instrumentos de cuerda y un bajo para que la dulce pero firme voz de Kali Uchis brille más que nunca. Desde luego, nada que envidiar al ‘No Time To Die’ de Billie Eilish que pone la música a la nueva entrega del agente 007.
La secuencia de temas del bloque medio tras la maravillosa ‘que te pedí’ (‘quiero sentirme bien’ o ‘de nadie’) destaca menos que el resto y puede pecar de resultar algo repetitiva, pero, por suerte, Kali Uchis tenía guardado bajo la manga un cierre bien digno y a la altura. “te pongo mal”, “la luz” y “ángel sin cielo” ponen el broche de oro perfecto con, primero, dos canciones potentes y bailables y, por último, una especie de nana al ritmo de un punteo de guitarra española con voces que terminan en la más absoluta distorsión.
Kali Uchis coloca, así, el punto final a un disco auténtico y con personalidad propia que no busca ser pretencioso. Una vez más, y después del listón tan alto que dejó “Isolation” hace ya dos años, Uchis demuestra que se trata de una de las artistas más interesantes del panorama musical actual.
