Hay veces que sufro cierto pánico al enfrentarme al conocido fenómeno de la famosa “hoja en blanco“. Es curioso: cuanto más me gusta un disco, más me cuesta hablar de él. Y aún se me dificulta más la tarea si ese álbum consigue emocionarme, ya que son los sentimientos generados los que me obligan a tratar de imprimirlos de una u otra manera sobre un papel (o en este caso en un post de un blog como el nuestro). Recuerdo la dificultad con la que me topé hace poco más de un año al valorar lo descubierto con el “Birthdays” de Keaton Henson. En la reseña de ese trabajo quise transmitir aquel noqueo anímico que sufrí tras verme golpeado de forma cruel por temas como ’10am Gare Du Nord’, ‘You’ o la memorable ‘Lying To You’. Era probablemente la experiencia más inquietante, junto con el “Aventine” de Agnes Obel, que he vivido a nivel musical en este último año: adoraba los temas pero al escucharlos sentía que algo se me removía en el interior. La sensación era extrañísima, y en su debida medida encontraba que debía dosificar un poco las escuchas para así poder valorarlo a lo grande mientras redescubría todas y cada una de sus canciones.
En febrero de 2013 sentía como si Keaton Henson me hubiera tumbado en el ring. Como si él hubiese estado ahí, frente a frente, en un final de película tan épico y a su vez tan melodramático como el de aquel film titulado “Warrior”. Lo que desconocía por entonces es que esa terrible guerra tan solo era una mera batalla dentro de lo que me iba a encontrar en 2014 con la llegada de “Romantic Works”, un inesperado nuevo álbum que ha salido a la venta hace apenas unos días. La sorpresa ha sido mayúscula, y más aún al conocer de entrada que el álbum no era otro disco como el “Birthdays”. Aquí la experiencia es notablemente diferente: la sonoridad se reduce al corte instrumental, acercándose más a un disco de música clásica que a cualquier otra cosa. Grabado en una habitación, Henson se dejó ayudar por un músico amigo – Ren Ford – para ejecutar uno de aquellos álbumes que jamás querrás dejar de escuchar en días de incesante lluvia.
De principio a fin parece la banda sonora ideal para describir la tormenta perfecta. Este conmovedor viaje se inicia tras una pequeña intro con las primeras notas de ‘Elevator Room’, un “tour de force” mayúsculo que nos ubica en una de las imágenes de postal más trágicas que hemos podido llegar a imaginar. Rocas volcánicas, ceniza cayendo del grisaceo firmamento, violentas olas comiéndonos terreno… Imposible no visualizarla como la auténtica bahía de los horrores.
Ese es tan solo el punto de partida con el que Keaton ha descrito durante todo un álbum una de las sensaciones más terribles que puede vivir el ser humano: la soledad, el desamparo, el abandono. Sentirse alejado del resto de la sociedad, e incluso sintiendo un amplio grado de enajenación respecto a nuestra propia identidad. Desorientación, fátiga, autodestrucción… El eterno lamento descrito de forma inmejorable en el marco de una narración que supera de poco los 30 minutos de duración. Ese es quizás su único handicap: la brutalidad de la propuesta es tal que esa apenas media hora sabe a bien poco dentro de una de las pesadillas sonoras más tremebundas e inigualables que podemos disfrutar hoy en día.
Nueve piezas que describen de forma compleja una única experiencia. Cada uno tiene sus matices que aportan a la paleta una nueva capa de grises, materializando un producto final de una belleza inconmensurable. De hecho se me pone la piel de gallina al escuchar intros como la de ‘Petrichor’.
Es como si Santaolalla hubiese conseguido unirse a Agnes Obel, ejecutando una obra maestra aún mayor de la descrita en la BSO de “The Last Of Us”.
Estamos convencidos que el 90% de las webs musicales se olvidarán de este disco de cara a las listas de “lo mejor del 2014”. De hecho seguro que serán bien pocas las que apenas decidan destinar un par de lineas a este… Craso error: “Romantic Works” es el cocktail melancólico perfecto que a través de la pureza consigue encontrar el atajo perfecto hacia el punto frágil de nuestro corazón. Ni “Aventine” consiguió tocarnos tan de cerca. Increíble pero cierto: bravo Keaton, bravo.
Escucha el álbum en streaming a través de Soundcloud:
2 comments
Gracias. Descubrimiento del mes sin ninguna duda. Muy, muy fino.
…..No se parece una de las canciones a la banda sonora de 12 años de esclavitud? la cancion de Solomon