Con “Paracosm” de Washed Out nos encontramos de nuevo levitando en el universo sonoro de Ernest Greene, un universo etéreo y acogedor. Lleno de matices, se trata de un disco coherente, de sonido elaborado, y tempo poco variado, que reproduce ese microclima con el que nos recibió es sus anteriores álbumes.
“Paracosm” se basa en un sonido evocador conseguido a base de superponer capas, en las cuales cobran especial protagonismo los sonidos envolventes de sintetizadores y una línea vocal que ha experimentado variaciones, pese a conservar la misma filosofía. Guitarras acústicas, arpas, sonidos varios, e incluso cantos de pájaros, bordan un cosmos sonoro del cual se nutre todo el disco, dotándolo de coherencia. De nuevo se repiten un bajo y una percusión con poco protagonsimo pero con una presencia justa y necesaria.
Consigue así dar volumen, ligereza, y fabricar ese sonido propio tan sugerente que nos hace bailar como flotando… sólo había que ver a su público en el Primavera Sound 2012 para confirmarlo.
En resumen, una fórmula que ya le ha funcionado en sus anteriores trabajos y que acaba de llegar a su máxima expresión en “Paracosm”. Al más puro estilo New Age, Washed Out opta por recibirnos con ‘Entrance’ una pista ambiental como bienvenida.
El disco verdaderamente comienza con ‘It All Feels Right’, una explosión primaveral de sentimientos que en el vídeo oficial se plasma a partir de un collage de flores, a modo de calidoscopio, para concretar un tema que ensalza y proclama el comienzo de un clima cálido. Probablemente lo habríamos agradecido más al comienzo de la primavera que no bien entrado el verano.
‘Don’t Give Up’ fue el primer single del disco y aunque no aporta nada nuevo al discurso de Ernest Greene nos ofrece “un poco más de lo de antes”. Para aquellos que puedan temer cambios drásticos, os consolará saber que no hay grandes novedades a nivel de composición, tampoco en el siguiente tema, ‘Weightless’.
‘All I Know’ es un tema de la talla de ‘New Theory’, ‘Feel It All around’ o ‘Eyes Be Closed’, y tan bailable como ‘Amor Fati’. En él recuperamos esa sonrisa y comenzamos a movernos al son de esa nube o corriente sonora. No sólo destaca la melodia enganchosa y los sonidos de los sintetizadores, también la batería y el bajo entran en resonancia con el tema para ensalzarnos a la cúspide del disco.
A continuación, el evasivo ‘Great Escape’ no deja que caigamos demasiado rápido al suelo, y nos mece al ritmo del tema para arroparnos con el siguiente. ‘Paracosm’ no aporta nada nuevo a su discurso y en el que los constantes sonidos envolventes de arpas, a estilo flanger, acaban por hacerse pesaditos.
Con ‘Falling Back’ nos acercamos al final del disco. No será uno de sus mejores temas, pero resulta de algún modo entrañable. Quizás porque la composición se acerca más al estilo de sus anteriores trabajos. Los mismo sucede con ‘All Over Now’, demasiado lento para ningún otro lugar del disco, queda relegado a una última posición. Quizás también por las mismas razones que alegábamos en la pista anterior.
Este álbum no sorprenderá a nadie, quizás porque lo que nos ofrece ya no es novedad. Al disco le falta algún otro gran tema más animado para destacar, y quizás, introducir cambios, aparte de saturar los temas a base de añadir pistas. Eso sí; dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Tampoco el talento artístico funciona al ritmo insaciable con el que consumimos música. Y estar componiendo sólo al otro lado del teclado tampoco debe de ser fácil, más cuando tu público son hipsters que duermen entre vinilos y sueñan con Thom Yorke.
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