[Crónica] Mad Cool 2018

cronica mad cool 2018

VIERNES 13 DE JUNIO

GOAT GIRL

Lo tengo que confesar: de Goat Girl me enamoré de su frontgirl. Pero no de ella, si no de su voz, mucho más grave y seductora en efecto de directo. Este girl group (acabo de obviar al tecladista de forma descarada) recordaba en actitud a las Vivian Girls de antaño. Noventeras, con un punto de oscuridad, consumiendo electricidad por un tubo… En directo hicieron ruido con su indie rock de trazos noventeros, tanto que hasta taparon a ese épico violín que a veces marca el contrapunto en algunas de sus canciones. Sin embargo, penalizó poco. Cuando sonó ‘The Man with No Heart Or Brain’, eso se transformó en una nimiedad, porque vaya rollazo tiene ese tema. Lo mismo podría decir de ‘The Man’ (Courtney Barnett está en todas partes), que reservaron para el final. Temazo de altura para unas músicas montesas que no temieron caer al vacío. (Màrius Riba)

PERFUME GENIUS

Aún recuerdo como si fuese ayer la forma en la que los sinuosos contoneos, y los magnéticos aullidos de Mike Hadreas (Perfume Genius) se apiadaron de mí en el HAVEN Festival danés.  A diferencia de lo perpetrado en Escandinavia, esa épica, tan evocadora y tan propia de la textura melódica de “No Shape”, pareció quedarse  ligeramente empañada en el escenario KOKO del Mad Cool 2018. La base del show era (casi) idéntica, con ‘Otherside’ propuesto como tema introductorio en un ecléctico show sembrado con material de sus cuatro notables referencias, y regado con alguna que otra deliciosa cover (‘Body’s In Trouble’ de Mary Margaret O’Hara). Pese a la adecuada acústica del recinto y la concreción de algún corte coreado por las masas (‘Slip Away’, ‘Just Like Love’), el show palideció en su búsqueda de erizar el vello de nuestras extremidades. ¿Mi teoría al respecto? Sea por el motivo que fuere, da la sensación que Hadreas ahora se siente más seguro que antaño. Más estable, y a un metro de distancia del despeñadero, el artista es capaz de sumergirse en un ambiente de  distensión al pisar el escenario. Esto inevitablemente deriva en una pérdida de la fragilidad característica del arranque de la gira de “No Shape”, con un Hadreas más dado a la contorsión y a una (estilizada, todo sea dicho) introspección vehiculada por su fabulosa capacidad vocal.

La voz del de Seattle rayó a buen nivel con ‘Wreath’ o ‘Queen’ pero no consiguió enamorar a los asistentes. Más que un “affaire” digno de perdurar durante todo el verano cual binomio Danny-Sandy, lo de Perfume Genius en el Mad Cool 2018 fue un flirteo “light” surgido por y para el momento. Poco más. Lástima. (Pablo Porcar)

AT THE DRIVE-IN

El listón estaba muy alto después de su último paso por nuestro país. Aquel concierto, casi íntimo, en la sala Razzmatazz de Barcelona en 2016 fue algo memorable, y las expectativas con los de El Paso estaban muy altas. Pero creedme, las cumplieron con creces. At The Drive-In siguen estando en plena forma encima de los escenarios y, pese a haber ofrecido un show más corto de lo que estaba previsto en un primer momento, los primeros rasgueos de Omar Rodríquez-López en ‘Arcarsenal’ se encargaron de anunciar la explosión que sería el concierto.

Al público le costó un poco arrancarse. Tras el clásico comienzo con ‘Arcarsenal’, sonó ‘Governed By Contagion’ –primera vez que tocaban los temas del nuevo disco en España–, y no fue hasta el tercer tema, ‘Sleepwalk Capsules’, que en la zona del público dónde me encontraba se empezó a formar pogo. A partir de allí fue mágico. No hubo descanso hasta el final. Saltos, empujones, círculos de golpes, sombreros y minis de cerveza volando y abrazos al encontrarse con gente llevando la camiseta del concierto de Razz. Vamos, lo que uno espera en un concierto de post-hardcore.

El desenfreno de Cedric Bixler Zavala sobre el escenario también es digno de mención. El cantante, a parte de saltar de un lado a otro, levantaba la lona sobre el escenario y cantaba desde debajo de ella, de pronto aparecía con una máscara de gas en la cara o se colocaba sobre el bombo, se quitaba el cinturón y azotaba la batería con él. Todo un torbellino de energía hasta el cierre del concierto, con la electrizante ‘One Armed Scissor’. (Sergi Cuxart)

JACK WHITE

Un contador de 300 segundos metía prisa a los rezagados que nos escurríamos entre la gente (¿os han dicho ya que había mucha gente?) para conseguir un sitio decente. Por suerte, si algo tenía el Mad Cool eran buenas pantallas y un sonido que quitaba el hipo, con lo que lejanía e inmersión no eran incompatibles. Jack White, uno de los guitarristas más inquietos e icónicos de los últimos 20 años saltaba a la palestra. La primera sorpresa considerando la formación (White, un bajo, dos teclados y batería) fue que era, por el contrario de lo esperado, casi minimalista. Poco duró la decepción; aquellos adornos en forma de instrumentos de cuerda variados, theremines y demás que ostentaba en giras previas no iban a hacer ninguna falta. El exfrontman de los White Stripes se bastaba para llevar la voz cantante de forma metafórica y literal como solo pueden hacerlo auténticas bestias en lo suyo.

El material a defender no era fácil. ‘Boarding House Reach’ ha sido, de todos sus álbumes en solitario, el que ha obtenido una reacción más fría, cosa que por otra parte no debería preocuparle en absoluto. Cuando te has pasado la música como si de un videojuego se tratara antes de los 30, poco más puedes hacer que experimentar, y este último LP continúa de forma progresiva y coherentísima con el objetivo aparente de su carrera en solitario: deconstruir las raíces del blues y el rock americano y remontarlas a su antojo. Su investigación más reciente se mostró fructífera en directo, y pese a sumar solo el 20% del concierto permitió a White mostrar una gran variedad de registros y llevarlos al límite, ya fuera con sus chillidos agudos, afinados y sin rasgar en ‘Corporation’ o con su solo de tapping en ‘Connected By Love’.

Sin embargo, Jack White no olvidó que estaba en un festival, y no desaprovechó la avidez de clásicos del público para repartir un buen puñado de temas del grupo que le dio la fama, soltar también un par de referencias a The Dead Weather (arrolladora ‘I Cut Like a Buffalo’ alternando entre tres micros) y a los Raconteurs, y revisar algo de ‘Lazaretto’ y ‘Blunderbuss’. Y, por supuesto, cerrar con esa sublimación del felipismo (véase referencia forera aquí) que es ‘Seven Nation Army’. Pues qué bien lo pasamos. (Pau Ortiz)

ALICE IN CHAINS

Alice In Chains afinaron al máximo su maquinaria en el Mad Cool. Único objetivo: encontrar el punto perfecto de equilibrio situado entre su material más añejo, y aquel que ha hecho relamer al personal en estos últimos meses (o años). Los de Seattle salieron airosos en una cita cuyo mayor peso de la misma recayó, una vez más, en “Dirt”. Buena parte de los momentos de máximo embrujo de la misma (cuatro en total) surgieron de dicho LP, con Cantrell escudando a DuVall en rocosos singles del perfil de ‘Them Bones’ o  ‘Would?’. Mención aparte merece ‘Rooster’, corte que destiló aquella savia nostálgica carente en piedras preciosas de carácter más actual, como la cortante ‘The One You Know’, o aquella sesgada’Hollow’ presentada en “The Devil Put Dinosaurs Here”.

¿Único gran pero del show? La actuación de Alice In Chains fue probablemente de las más resentidas a nivel acústico en todo el Mad Cool 2018. La guitarra de Cantrell sonó peldaño por debajo del resto de elementos instrumentales, impidiendo que el espectador cayese al noveno círculo del particular báratro del cuarteto. Y así, sin las vestiduras rasgadas, uno pareció quedarse a sólo un paso de revolcarse en la anhelada mugre. (Pablo Porcar)

ARCTIC MONKEYS

En época de cambio climático súbito, extinciones y deshielo del ártico, toca adaptarse y cambiar de chip. Ese es el mejor favor que nos podremos hacer si lo que queremos es disfrutar de especies tan únicas como los monos del Polo Norte. De ser así, el concierto de Arctic Monkeys en el Mad Cool, el reclamo número 1 de esta edición, tendría sentido y hasta cumpliría con las expectativas. En ningún caso superarlas. “Tranquility Base Hotel + Casino“, la rareza más polémica de su carrera, no solo se hospedó en su directo en forma de cinco temas, si no que se instaló en la cadencia del show hasta el check out. La maniobra, calco de su visita en el Primavera, no fue encajada con la fogosidad esperada (al menos, eso es lo que percibí desde unos 90 metros del escenario), pero se ejecutó con tranquilidad y éxito desde su base escenográfica.

Ahí mismo tuvo lugar la partida, y la primera mano fue buena: trío de corazones de ‘Four Out of 5’, ‘Brianstorm’ (con Helders repicando en modo goma dos) y ‘Don’t Sit Down’, que no fue recibido con gran jolgorio, pero con el que Turner, con traje y descamisado como buen jugador de póker trasnochado, se sabía ganador. Vocalizando de la A a la U, entró una plana ‘Crying Lighting’ a la que ‘Teddy Picker’, atípica en sus últimas apariciones, acudió al rescate. Arctic volvían a acumular montones de fichas en su poder, porque la sensación durante todo el concierto fue la de que controlaron la partida de principio a fin, pero sin ningún all in de por medio. En otras palabras: que Arctic Monkeys marcaron su propio tempo (menos impulsivo que otras veces) con un setlist que no abusó, ni mucho menos, de hits clasicones. Aunque la primera recitada de Turner sugiriendo ‘From the rizz to the rubble’ no iba de farol; fue una de las sorpresas de la noche.

El punto de inflexión, si es que lo hubo, lo marcó minutos antes ‘Do I Wanna Know?’, una apuesta segura que fue aclamada desde más allá de las torres de control (por algo es la número 1 en Spotify). Para ‘I Bet You Look Good on the Dancefloor’, ya en el BIS, no cesaron los ánimos, aunque la sensación general de falta de euforia (tanto desde arriba como desde abajo) se hizo patente hasta el final. Ni frío, ni cálido, ni polar. Su concierto fue ganador, aunque no nos acabamos de aclimatar. [Màrius Riba]

Haz click en las páginas “1” o “3” situadas bajo estas líneas para revisar las crónicas de los conciertos del resto de días del festival.

0 Shares:
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

También te podría interesar