El Sonorama Ribera cumplía mayoría de edad este 2015, pero desde hace ya muchos años se comporta con una madurez que ya quisieran muchos otros. La cita arandina en pleno mes de agosto, que es ya una peregrinación para muchos, ha congregado durante los 4 días a unas 48.000 personas. Este ya no sólo es un festival de música que se vive por la noche, no; son unas jornadas que se disfrutan durante las 24 horas por todas las calles de la población ribereña.
La ya famosa Plaza del Trigo, donde hace años era difícil convencer a algunos grupos para que fueran a tocar a las 12 de la mañana, ahora se ha convertido en el trampolín principal para poder dar el paso a los escenarios principales de la noche. Y no sólo está la del Trigo sino que también se ubican muchas otras como la Plaza del Rollo, con sesiones de DJs en la supuesta hora de la siesta se llena de gente. O también la Plaza La Sal donde grupos como los gallegos The Trunks, grato descubrimiento, hacen saltar y bailar a gente de todas las edades. Todo esto consigue que el Sonorama sea un festival, en esencia, diferente.
Por desgracia este año sólo pudimos asistir a las dos últimas jornadas del festival, pero fueron un no parar de conciertos donde tuvimos que hacer un planning, que ni la mejor ingeniería, para poder cuadrar la gran oferta que teníamos por delante.
Aparte de los dos grandes escenarios y un tercero algo más pequeño en dimensiones, se encontraba el Espacio Meeting Arts / Leaozinho donde artistas como Depedro y Paco Neuman ofrecieron pequeños sets acústicos con la idea de dar a conocer el proyecto cultural Leaozinho que se desarrolla en la favela Parada de Lucas en Río de Janeiro (Brasil), dando a los jóvenes la oportunidad de adentrarse en el mundo de la música.
De la jornada del viernes nos quedamos sin ninguna duda con el siempre gran directo de los pucelanos Arizona Baby con el señor Vielba a la cabeza que nos presentaba su “Secret Fires” ya de finales de 2014, Jero Romero y como darlo todo en 10 metros cuadrados de escenario sin que les quedara nada grande. También con La Maravillosa Orquesta Del Alcohol que jugaban en casa y tenían a todos los asistentes cantando de principio a fin sus letras.
Una mención aparte merecen Calexico que a pesar de ser una gran banda consagrada y demostrar lo que valen encima del escenario con un sonido de lujo parecían no cuajar entre la inmensa mayoría el público. En el set que tocaron durante poco más de una hora abusaron de sonidos más del lado sur de la frontera en la que viven, donde aparte de sus conocidas canciones tuvieron tiempo para introducir pequeños fragmentos de Manu Chao y Buenavista Social Club. Una de las canciones que más hizo mover a los asistentes fue ‘Alone Again Or’, tema original de Love que hicieron con gran gusto.
También tuvo especial protagonismo Jairo Zavala durante todo el concierto donde el resto de miembros del grupo le instaban a que se pusiera en el centro del escenario para interpretar sus maravillosos solos de guitarra. De todos modos y sin ninguna tipo de duda a pesar de haber preferido ver otro tipo de set es un placer ver en directo a dos grandes como son Joey Burns y John Convertino, siempre acompañados por grandes músicos. Las canciones de su último disco, “Edge Of The Sun“, sonaron como si llevaran toda una vida tocándolas en directo y si nos tuviésemos que quedar con algunos temas en concreto seguro que nos decantaríamos por ‘Falling From The Sky’, ‘Bullets & Rocks’ y ‘Follow The River’.
Ya el sábado nos quisimos centrar en el escenario principal Ribera del Duero, donde Xoel López no necesitó más que una guitarra o en su defecto un piano para llenar el solo con sus melodías. Un enorme escenario en el cual congregó en las primeras horas de la noche a la inmensa mayoría de los asistentes. Centrándose sobre todo en canciones de sus dos últimos discos “Atlántico” (2012) y “Paramales” (2015), no faltaron otros temas más longevos e incluso canciones como la siempre aclamada ‘Que no’ de Deluxe.
En este mismo escenario entró después la británica Anna Calvi que tuvo el valor de abrir su set con la canción de Suicide, ‘Ghost Rider’, llenándolo de riffs potentes y dejando boquiabiertos a los que no la conocían. Durante toda su actuación no bajo el nivel, un sonido imponente gracias a una banda que le acompañaba a la perfección en todo momento y donde se sucedían unos solos de guitarra épicos. Ya para el final de su actuación nos deleitó con otra versión muy suya de ‘Wolf Like Me’ de TV On The Radio, sin duda nos encantaría que venga en invierno de vuelta para poder disfrutar con ella en una sala.
Pero sin lugar a dudas el concierto que más gente congregó durante todo el festival fueron una vez más el de los de Tres Cantos: Vetusta Morla. Empezaron con la canción que da nombre a su último disco, “La Deriva“, en la cual Pucho acompañaba a la sección rítmica con un tambor. Por desgracia todos los que nos encontramos en la parte derecha del aforo no pudimos disfrutar nada del concierto porque sólo escuchábamos la batería de David el Indio y levemente la voz de Pucho.
Decidimos cambiar completamente de lado y fue ya en ‘Copenhague’ cuando pudimos empezar a disfrutar de forma adecuada del concierto. En el setlist no faltaron temas como ‘Mapas’, ‘Fiesta Mayor’, ‘Valiente’ y ‘La Cuadratura del Círculo’ que cerraron el set principal y donde se veía especialmente entonado a Pucho que no paró de moverse por todo el escenario, incluso bajó al foso para subirse a la valla y disfrutar directamente de la fiesta que estaban montando en las primeras filas. Para cerrar la actuación volvieron a aparecer en el escenario para interpretar una increíble canción como es Los Días Raros.
La noche continuó en los escenarios principales con Neuman, Sidonie y Carlos Jean cerrando el escenario principal. Sin lugar a dudas lo mejor de este festival es que a pesar de mejorar año tras año nunca intentan crecer en cuanto al número de asistentes que pueda congregar y eso hace que todo en el recinto sea muy accesible.
Fotos | Rodrigo Mena, Jacobo Revenga, Kike Oquillas