Los madrileños Toundra son una de aquellas bandas que han transitado entre el underground más militante hacia un cierto reconocimiento de público e industria. Evidentemente no aparecen en Los 40 pero sí en La Resistencia, algo que sin duda celebramos por su talento y dedicación al post-rock durante tantos años. Este estatus reconocible tiene el mejor ejemplo en la gira titánica que llevan meses realizando y que les ha llevado a recorrer la Península de costa a costa, además de un buen número de conciertos por toda Europa. La segunda parte de este tour tenía la primera fecha el pasado miércoles en la sala del Paral·lel de Barcelona. Y la misma continuará hasta verano con aún muchas citas por delante.
La primera sorpresa fue encontrar la sala BARTS prácticamente llena. A la hora del concierto más de mil personas llenaban prácticamente el espacio. Una hora antes, los catalanes Malämmar habían ejercido de teloneros. Podría decirles que fue una sorpresa agradable descubrirlos pero servidor estaba empujando una cerveza y un pincho de tortilla en el bar de enfrente. Así que entramos con el concierto a punto de comenzar. Toundra salieron al escenario y como es habitual sin micrófonos por delante, y empezaron a dar los primeros acordes de la poderosa y musculosa ‘Cobra’, una de las piezas más reseñable de su último disco ‘Vortex’. Cabe decir que al principio que sonaba bastante flojo, como si los madrileños estuvieran tocando en la sala de al lado. Pero fue algo que se fue corrigiendo a lo largo de la velada. La verdad es que la primera parte del concierto fue un poco descafeinada, con altibajos e incluso momentos en que algún miembro del grupo salía de punto. Pero la cosa se fue corrigiendo a lo largo del show.

En mi caso era la tercera vez que veía a Toundra en esta gira, después de haberlo hecho en su actuación en la Fabra i Coats dentro del AM Fest, y de su visita a La Mirona de Salt (Girona) junto a los cachorros de Ànteros. El repertorio era prácticamente el mismo, al menos hasta donde alcanza mi memoria barnizada por la senectud prematura. Sú ultimo LP, “Vortex”, volvió ser el protagonista principal en lo que a canciones se refiere. La ya mencionada ‘Cobra’ para abrir la velada y la siguieron otros notables temas como ‘Tuareg’ o ‘Kingston Falls’, con su hipnotizante melodía introductoria. Pero también hubo espacio para las canciones de antaño como el dúo ‘Magerb y ‘Zanzíbar’ de su antológico ‘II’, que por cierto el sello Aloud Music está reeditando a precio de comercio justo.

Todo ello nos llevó hasta el principio del final donde, después de tocar Mojave, Toundra salieron momentáneamente del escenario, para volver con su único bis. Por cierto, en otra ocasión abriremos el melón de los bises, una práctica deleznable y anacrónica que tendríamos que ir erradicando. Pero volvamos al tema. Como decíamos, el concierto fue en subida en su parte final y la mejor versión de los abanderados del post-rock patrio vino en las dos canciones que tocaron como cierre. Tanto ‘Strelka’ como ‘Cruce Oeste’ sonaron la mar de bien. Con mucha rabia y tino a la hora de desempañarlas; a la vez que poner el puño en alto en intervalos de tiempo muy cortos. Sin duda en esta casa somos mucho de puño en alto pero quizás si les ponen un micrófono tendrían otros recursos escénicos para ahondar en ellos. En cualquier caso el concierto llegó a su fin con la gente entusiasmada y celebrando la vida junto a Toundra. Brindamos por su éxito, por su larga gira y porque sigan dándonos muchas horas de buen post-rock.
Texto: Oscar Villalibre
Fotografías: Rosario López