“Life Under The Gun”, o cómo Militarie Gun se han marcado el disco de rock del verano

militarie gun life under the gun

Este viernes sale a la luz “Life Under The Gun”, álbum debut de unos Militarie Gun originarios de Los Ángeles. Quizás no conozcan a estos chicos, pero créanme: tarde o temprano los conocerán. Formados por su líder Ian Shelton en primavera de 2020 (sí, hace cosa de tres meros años), los californianos se sacaron rápidamente de la manga un par de EPS que encajaron en 2022 a modo de trabajo doble (“All Roads Lead To The Gun”). Creando cierto ruido alrededor suyo, el cuarteto reconvertido a quinteto, con Nick Cogan y William Acuña a la guitarra, Max Epstein al bajo y Vince Nguyen a la batería, consiguió cautivar a Loma Vista, casa de artistas como St. Vincent, Iggy Pop o Soccer Mommy. La forma de guisar los temas de los angelinos casaba de lujo en la línea editorial de la disquera: hardcore de raíz DIY, pero de gancho amplio, capaz de aunar amores punk, pop punk e incluso brit pop en una misma base. Según su visión, era como una oportunidad “Turnstile” de manual. Y algo nos dice que no les falló la razón.

“Life Under The Gun” es el disco de disfrute guitarrero que muchos verán como ideal para la temporada que se avecina. Sin pretender ir a coquetear con el R&B o el shoegaze aturquesado con el que coqueteaba Turnstile en “Glow On“, este nuevo trabajo de Militarie Gun nos muestra, sin tapujo alguno, como un cancionero puede sonar bien fresco sin tener que reinventar la rueda. Priman los fogonazos pop, y sobre todo, la sensación de que existen tantos hits en un solo trabajo que uno incluso puede llegar a sentirse arrollado por estos mismos. Con la pistola apuntándonos en la sien, lo de la primera mitad del LP es simple y llanamente acojonante: ni un Tutuki Splash, ni un Dragon Khan pueden generar más adrenalina que una escucha hilada entre ‘Do It Faster’ y ‘Return Policy’. Después bajan (algo) las revoluciones, pero el chute de “crank” ya está gobernando nuestra sangre.

La gracia de Militarie Gun a nivel estilístico pasa por el hecho que ellos saben enlazar punk rock y hardcore, con un reguero de otros estilos que bien sirven para endulzar el experimento. Vean, por ejemplo, una ‘Never Fucked Up Once’ edulcorada por unos estribillos de marca “DeLonge”. O una ‘Will Logic’, con unos curiosos post chorus que, por su condición redundante, iría de perlas en algún tramo de los temas más primigenios de Bodega. Siempre hay trazas del NYC HC en toda la movida, pero la amplitud de miras jamás se hace demasiado protésica.

Por la condición rasgada de la voz de Shelton uno puede imaginar que aquí la movida tira hacia derroteros “McIlrath” pero aquí se alcanza algo que Rise Against no ha conseguido a lo largo de los últimos años: contar con temas que emanan pasión, y no suenan demasiado contenidos a nivel de producción. El mérito es, en parte, de Mark Needham, quien se encargó de mezclar un material grabado en los Sound City de Dave Grohl. “Quería hacer algo que fuese realmente agresivo, y que contase con Taylor de productor [la anterior figura con la que habían trabajado]. Pero acabamos dándole el material a alguien del mundo del pop para que lo mezclase, y crease un resultado diferente“, comentaba Ian en una entrevista concedida a Brooklyn Vegan. Si la resurrección del hardcore pasaba porque naciese peña tan desacomplejada como Militarie Gun, bienvenido sea todo lo que se cueza.

0 Shares:
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

También te podría interesar