Poco a poco la vida va recuperado esa ansiada y vieja normalidad, pero las ganas que tenemos de conciertos en directo y que no sean con mascarillas ni sentados son abrumadoras. En el contexto de los shows en vivo, Amenra son de los grandes grupos que demuestran con sus directos que son mucho más que una banda normal, la comunión que crean con sus fans es alucinante y el potencial que tienen sobre el escenario despierta admiración por donde pasa. Con motivo del lanzamiento de su nuevo disco “De Doorn“, que saldrá a la venta el próximo 25 de junio y primero editado bajo el brazo de Relapse Records, hablamos con Colin H. van Eeckhout, su cantante y líder de la agrupación belga sobre lo que significa Amenra como grupo – y no solo dentro del metal -, además de también ahondar en los orígenes de su esperada referencia discográfica.
Después de dos décadas de carrera, ¿Cómo os veis ahora mismo como grupo?
La verdad que ni imaginamos que llegaríamos hasta aquí. Cuando comenzó esta aventura solo queríamos tocar música pero no pensábamos que llegaríamos a veinte años. La verdad que somos muy agradecidos de lo que hacemos, ya que nos gusta y nos da la vida. Es algo importante a tener en cuenta: hacer algo que te gusta.
No somos un grupo “al uso”; creemos que podemos dar más que una simple presentación en directo o grabar un disco e irnos. Nuestra percepción del arte es algo que va más allá del hecho de componer canciones, lanzar un disco y salir de gira. La veracidad y el contenido de las cosas me han hecho apreciar mucho más la música o el arte. Y esto va más allá del estilo de música que puedas hacer, o el tipo de arte está creando. Tan pronto siento la emoción que pretendo retratar se transmite de la manera más directa le pueda llegar al público, es cuando el círculo se cierra y todo cobra sentido como artista.
Además ahora somos muy versátiles; hemos estado haciendo cosas que antes ni nos imaginábamos. Hemos compuesto una banda sonora para una película rusa “The Mirror”, también nos encargamos de reinventar una especie de pieza de ópera y danza contemporánea, eso amplía tu perspectiva y aprendes mucho de los otros mundos que para nosotros son desconocidos.
¿”De Doorn” marca un antes y un después en vuestra carrera? Es el primer disco que se sale de vuestra series “Masses” y también se edita bajo un sello como Relapse Records.
Nunca empezamos a componer música pensando en qué va a formar parte de un disco. En el pasado con los “Masses” siempre hablábamos de nuestras experiencias como músicos pero sobre todo cómo personas y con “De Doorn” queríamos enfocarlo de otra forma, en la que el público también formara parte del álbum. El enfoque era diferente, además Lennart (guitarra) escribió casi todos las letras y lo fuimos componiendo poco a poco. Nunca hacemos un cajón y le vamos metiendo canciones sino que vamos volcando nuestras experiencias y nuestras angustias personales, así no tenemos la sensación de ir haciendo un check-in sino que vamos trabajando orgánicamente.
En resumen, “De Doorn” no tenía sentido que fuera parte de la serie Masses, ya que sentimos que es algo totalmente diferente a lo anterior y que forma parte de un conjunto. Que los receptores de las canciones no sean meros espectadores sino que formen parte de ello, de ritual que nosotros como músicos proponemos con cada trabajo.
Entrando en detalle con el título del trabajo: “De Doorn” sería traducido como “La espina”. ¿Está directamente ligado a ciertas imágenes religiosas asociadas al dolor?
Sin duda que está vinculado con el dolor, y es normal que se vincule con la corona de espinas. Pero esta vez no lo elegimos por su connotación religiosa. Fue una búsqueda interior que hice y me empecé a obsesionar con las diferentes espinas creadas por la naturaleza para permitir que las flores protejan su belleza. Si haces la comparación con los seres humanos, es nuestra corona de espinas o protección para detener cualquier cosa que pueda causar daño.
Cuéntanos sobre la colaboración con Caro Tanghe (Oathbreaker). Y también por la decisión de cantar todo el álbum en flamenco.
Como te dije, la gran parte de la composición vino por parte de Lennart que a su vez toca en Oathbreaker, hace ya tiempo venía pensando que a nivel de performance el balance entre mi voz y una femenina tenía todo el sentido del mundo. En el metal, hay mucha testosterona y el nivel que nos da una cantante como Caro es sublime en cuanto a que escuchas el álbum y hay un compás constante entre ella y yo.
Sobre lo de componer en flamenco, es algo que siempre hago, la verdad que es mucho más fácil escribir en tu idioma nativo, ya que a veces con el inglés me quedo en una etapa más embrionaria y no voy tan al detalle como si lo puedo hacer en mi idioma, además ya habíamos utilizado el flamenco antes, como el cover de “Het Dorp” de Zjef Vanuytsel (un cantante folk belga) por lo cual no era algo 100% nuevo. Ahora, sí es verdad que decidimos hacer todo el trabajo en nuestro idioma, más que nada por ese tema de composición y porque nos daba un toque diferente a otros grupos y más en un lanzamiento con nuestro nuevo sello.
Tuve la oportunidad de disfrutar del streaming del Festival Grauzone. Era maravilloso el entorno, en una iglesia, sesión acústica y también algunos covers como ‘Roads’ of Portishead. ¿Tenéis planeado espectáculos de este tipo para el futuro?
Ya hemos hecho este tipo de shows en sitios místicos como iglesias – no en España, eso sí – pero sí en Bélgica y la verdad es que los disfrutamos mucho, nos da la oportunidad de hacer algo completamente distinto a nuestros shows, no todo va a ser gritos y música a todo volumen, también queremos conectar con esa parte más íntima e introspectiva que todos tenemos. De allí a que temas como el de Portishead encaje en un setlist así, no lo vemos para nuestros shows hardcores pero sí en este tipo de eventos.
La comunión que tiene Amenra con sus fans es increíble. Es algo que pudimos ver en el documental “A Flood of Light” y en el que explicáis lo que es Church of Ra. ¿Lo puedes clasificar en algo tangible?
La verdad que no, Church of Ra lo sientes o no lo sientes. No es algo que pueda ponerle nombre, no es que vayamos eligiendo artistas para que se unan o seamos un colectivo que pretende algo, es simplemente nuestra forma de agradecer a todas esas personas que forman parte de Amenra y que va más allá de nosotros cinco, claramente que somos la banda y los que creamos la mayoría de esto pero sin las otras personas sería imposible. Desde nuestras familias, la iluminación, los vídeos, el sonido, etc. Church of Ra es un grupo de personas que son impulsados por sus sentimientos y no el dinero o si reciben atención. Es difícil de describir, pero me encanta pensar que somos una familia, de buen corazón y que somos empáticos con todo lo que nos rodea.
Otra cosa que se ve en el documental y que sirve para explicar lo que sois como grupo – para los que no lo hayan vivido – son vuestras poderosas actuaciones en directo. ¿Cómo crees que será el regreso con lo complicado de este último año y medio?
Vamos paso a paso, creo estamos más cerca de terminar con esto que hemos vivido y la cosa será siendo progresiva. Por supuesto que muchos conciertos serán ya para el año que viene, más que nada porque somos un grupo que le gusta sentir la energía de su público. Tal y como están las cosas ahora, sentados y con mascarilla en muchos sitios pues somos más de hacer shows acústicos pero tampoco es nuestra firma por lo cual no es algo que pensemos sino más bien de ir ejecutando poco a poco. También será difícil para nosotros – después de tanto tiempo parados – tendremos que prepararnos físicamente y mentalmente para afrontarlo pero indudablemente tenemos muchas ganas.
Te haré una pregunta difícil: si pudieras elegir… ¿Qué legado te gustaría dejar como músico o artista?
Me has pillado con esta, la verdad que no es algo que pueda controlar pero creo me conformo con haber servido para inspirar y ayudar a alguien o a algunos en un momento de su vida que lo necesitaban. Obviamente el legado que más me importa es el que le puedo dejar a mis hijos pero como artistas sería ese, de que nuestra música haya servido para mejorarle la vida a alguien.
