Es difícil de explicar pero da la sensación que hay grupos que gozan de cierto estatus de culto sin contar directamente con él. Me explico: hay bandas que son señaladas como puntas de lanza sin la necesidad de encabezar fenómenos y, pese a ello, continuan ganando reconocimiento sin perderse en una suerte de clandestinidad. Ese es el caso de Cloakroom: el trío estadounidense lleva ya bastantes años creciendo lenta pero paulatinamente, ganando nuevos seguidores y siendo señalados como una formación relevante dentro de esa rara acepción («nugaze») que tantos titulares ha encabezado en esta última década.
Sin perder la cabeza y siendo de lo más pacientes, los de Indiana estrenaron este año «Dissolution Wave», un álbum grabado en Earth Analog Studios en el que Doyle Martin , Bobby Markos y Tim Remis dieron rienda a su creatividad para concebir la obra con el sonido más robusto y marcado de todas las que han estrenado hasta la fecha. Para hablar de ella, y también de su (renovada) colaboración con Matt Talbott (HUM), recientemente tuvimos el placer de mantener una charla con el bajista Bobby Markos vía Facetime. El instrumentista, muy amable él, no dudó en abrirse en canal para detallarnos la realidad actual de uno de los grupos que más hemos quemado en nuestras playlists de 2022.
Casi cinco años después de «Time Well» ha llegado un «Dissolution Wave» que ha llegado con bises de ser un pequeño punto de inflexión en vuestra carrera. ¿Cómo habéis vivido el aterrizaje del LP?
No habíamos girado y no estábamos siendo una banda muy activa por lo que no teníamos ni idea de cómo la gente iba a recibir nuestro disco. Tampoco sabíamos quién nos estaba escuchando. Encima, el trabajo tomaba un nuevo enfoque respecto al pasado. Por todo ello, se nos hacía muy difícil prever cómo iba a ir todo. Por fortuna hemos acabado encantados por la recepción final de todos. De todos es de todos: de público, prensa, etc. Consideramos que lo que queríamos que se entendiese se ha acabado entendiendo. Creo que la gente se ha quedado con los conceptos que queríamos transmitir. Yo personalmente siempre había soñado con que uno de mis discos fuese recibido de esta manera.
Comparando fases de lo vivido: cuando sacamos “Time Well” comprobamos cómo habíamos atraído una nueva tipología de oyente. En gran medida esto vino a raíz de nuestro trabajo con Relapse Records, nuestro sello. Muchas publicaciones empezaron a hablar sobre nosotros. En el caso de “Dissolution Wave”, en cambio, esto ha ido un poquito más allá. Creo que el disco es más accesible, y todo en él resulta más “concentrado”, más sintetizado. A causa de esto, algunos que “Time Well” no les entró demasiado han acabado contentos con lo propuesto en este último LP.
¿Cuál fue la primera canción del disco que creó la senda estilística que ha definido a “Dissolution Wave”?
Definitivamente fue ‘A Force At Play’. La compusimos no mucho después de sacar ‘Time Well’. No era larga y contaba con una estructura muy rockera, incluyendo algunos elementos un poco pop. Esa mentalidad a la hora de componer fue la que empleamos a modo casi de copy / paste en el resto del trabajo. Presentaba unos nuevos parámetros para lo que éramos como banda.
Puede ser que no contases con ninguna referencia, pero te debo preguntar esto: ¿contasteis con algún tipo de referente de cara a modelar el sonido del disco?
La verdad es que estábamos escuchando mucho a The Byrds, concretamente “Sweetheart Of The Rodeo”. Es un disco de country muy expansivo. Inicialmente querían que fuese un disco doble que bebiese de sonidos dispares de la música americana, desde bluegrass hasta la música electrónica más primigenia. Nos gustó la idea de que cada tema tuviese un sonido diferente, y un feeling diferente. Esto estaba en nuestra mente cuando concebimos “Dissolution Wave”. Nuestro objetivo era hacer un álbum que mostrase todo lo que Cloakroom era en el presente, y todo lo que queríamos que Cloakroom fuese en el futuro.
¿Qué canción de “Dissolution Wave” consideras que es aquella en la que llevaste más al límite vuestro sonido?
En la esencia más melódicamente “country western” diría ‘Doubts’. Hemos compuesto temas country anteriormente pero siempre pasaba que, al estar apunto de finiquitarlos, decidíamos poner fuzz, distorsión y cosas así. Eso hacía que no se viese demasiado que originalmente esos cortes eran temas country. Con ‘Doubts’ pasó casi lo inverso: esa esencia country está muy a flote en la composición. Su vulnerabilidad es muy visible.
Eso en el caso de este polo. En el otro más opuesto, el polo más pesado, identifico ‘Fear Of Being Fixed’. Creo que alcanzamos al sonido más duro que jamás hemos podido llegar en esa canción. ‘Dissembler’, por su lado, es una suma de estos dos lados. Es raro, porque arranca como una pieza de Black Sabbath y acaba acercándose hacia un tono más Slint. Es muy raro el sonido de esa canción.
Sobre lo que comentabas del country: es curioso porque esa capa country que subyace por debajo de ciertos temas se puede llegar a intuir en plena escucha en ‘Dissolution Wave’, pero a su vez es algo que no se te viene demasiado a la mente a menos que te lo expliquen. Es curioso porque existe cierta contradicción: parece obvio, pero tampoco lo es tanto a nivel interpretativo.
Mucha gente no es consciente de ello pero lo cierto es que cuando Doyle y yo componemos solemos hacerlo con una guitarra acústica, como si fuesen temas countrys de base. No es hasta que hacemos un ensayo con toda la banda que nos da por pensar “ok, en esta parte activaré el pedal de delay, y en esta otra activaré el de fuzz”. Por eso, si alguna vez te da por tocar algún tema de Cloakroom en acústico comprobarás como tocamos muchos acordes de son muy country western. Son muy simples en su esencia.
¿Todos los temas del disco han vivido esta transición de formato acústico a formato eléctrico?
Creo que solo un puñado de temas que hemos compuesto han sido concebidos directamente en formato eléctrico.
A lo largo de los años hemos hecho algunas actuaciones en acústico y siempre se ha percibido como que los temas provienen de ese formato.
¿No habéis pensado jamás en sacar un doble disco en el que se adjuntase un compacto con versiones de los temas en acústico?
Siempre hemos querido hacer algo así, para así mostrar las diferentes fases de la grabación en una sola obra. “Dissolution Wave” se acerca a eso pero no es exactamente lo que comentas. Molaría mucho sacar una producción así.

Sobre otro aspecto relativo a la gestación de “Dissolution Wave”: me consta que lo grabasteis en Earth Analog Studio, el estudio de Matt Talbott de HUM. Pero pese a buscar y buscar no he podido averiguar de qué manera Matt ha colaborado en vuestro trabajo. Sé que lo ha hecho, pero no sé exactamente de qué manera.
Cuando hicimos “Further Out” en 2013 grabamos una parte del disco en el estudio de Matt. El local se encuentra a unas tres horas de donde vivimos. Inicialmente queríamos trabajar en esa referencia con otro ingeniero de sonido, con Greg Norman, pero Matt se tomó el tiempo para escuchar el LP y se nos ofreció para hacer él mismo ese tipo de producción. Creamos una gran relación con él. Se involucró muchísimo: tocó en algunas partes, nos ayudó a remodelar algunos puntos, etc.
Con “Dissolution Wave” queríamos volver a ese estudio, y trajimos a Zac Montez con nosotros. Queríamos que él llevase el proyecto, pero que Matt lo supervisase. Al final tocó piano y guitarra en el disco, aparte de escoger algunos micros y hacer una asesoría increíble.
¿Existe algún “highlight” en lo relativo a sus colaboraciones en el disco?
Al final de ‘Doubts’ tanto la parte de piano como esos loopeos de guitarra son suyos. Queríamos darle manga ancha, por lo que se dejó llevar por sus instintos. Se “trackeó” a sí mismo. Fue algo muy divertido comprobar de nuevo lo genio que es ese tío. Siempre acaba sorprendiéndonos con algo brillante.
Oye, dejando un poco de lado todo lo ceñido al disco: Cloakroom es un grupo que no se ha prodigado mucho por España. De hecho recuerdo que estuvisteis un día en la Bikini para telonear a Russian Circles en Barcelona. Fue la curiosa y un tanto insólita noche del Barça – PSG. No mucho más os hemos visto por aquí.
Qué bueno que me recuerdes lo de esa noche. ¿Ganasteis, no?
Sí, sí.
En Estados Unidos no es habitual que algo relativo al deporte afecte a un concierto nuestro por lo que fue súper raro y divertido lo que pasó esa noche. Con toda la gente celebrándolo en medio del bolo. Fue un choque cultural acojonante. La gente iba toda loca en la calle. Lo disfrutamos todo un montón.
Fue divertido. Oye, han pasado un montón de años desde aquello y aún no habéis anunciado una gira europea para presentar “Dissolution Wave”. ¿Qué idea tenéis respecto a ello de cara al futuro?
Estamos tomándonos nuestro tiempo. La pandemia ha roto un poco los timings: ahora están algunos grupos girando, cuando lo debían haber hecho hace uno o dos años. Haremos primero nuestros shows en Estados Unidos. Esperamos que a principios del próximo año podamos volver a Europa para girar y hacer un tour bastante extenso.
Doyle ha estado girando con Nothing. Es desde hace relativamente poco un miembro fijo del grupo. ¿Cómo ha sido para la banda el hecho que toque también con ellos?
Como he dicho, ellos sacaron un disco en plena pandemia por lo que ahora les ha tocado a ellos girar. No me preocupa que suceda esto: ahora podemos ser más meticulosos, ir más poco a poco con las cosas.
Me gusta ver a Doyle con otra banda ya que hace que Doyle sea mejor guitarrista. Eso nos beneficia.
¿Existe la posibilidad de que exista en el futuro algún tipo de tour que uniese a Nothing y Cloakroom?
Estoy convencido de que eso acabará pasando. Somos muy buenos amigos. Es por ello que él está con ellos. Nos llevamos muy bien con Dom y Kyle.
¿Podrá Doyle cascarse dos bolos al día durante un tour?
(risas) Tendrá que hacer muchas flexiones para prepararse previamente de cara al tour. Eso seguro.