Entrevista

[Entrevista] Los Chivatos de Ana Frank: “Somos un pollo sin cabeza corriendo en círculos”

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Hace nada os hablábamos de una banda vasca llamada Los Chivatos de Ana Frank que hacían algo llamado «Ñunk» que nada tenía que ver con el punk pero un poco sí. ¿La recordáis? Ahora que hemos tenido ocasión de charlar largo y tendido he de rectificar: no tienen nada que ver con aquel anti todo del que fardaban los Eskorbuto, de hecho podría decirse que se la suda todo aquello que tenga que ver con etiquetas, corrientes de pensamiento y demás sandeces, lo que, paradójicamente, no deja de ser un poco “anti todo”. Pero vamos, que tal vez eso del «ñunk» haya sido fortuito; me pregunto si haber lanzado un discazo también ha sido algo fortuito, aunque casi mejor que sean ellos quienes os hablen del disco (y de otras muchas cosas):

“Jamás tocarán en Tel Aviv”: esto me dijo uno de mis mejores amigos, corresponsal durante un tiempo en Gaza, cuando les pasé vuestro disco. En un momento como el que vivimos, donde todo se toma a mal y el humor se encuentra en el centro de la diana, ¿elegisteis este título para hacer sangre?

El nombre viene en la línea de esas bandas punk con nombres llamativos como Tarzán y su Puta Madre Buscan Piso en Alcobendas. ​Elegirlo fue un impulso como pestañear o mover el codo; queríamos montar un grupo y el único requisito que le puse a los chavales era que ese fuera el nombre, no sabíamos para qué nos estábamos juntando pero el nombre nos convencía. En principio, ninguno tenemos nada en contra de Ana Frank. ¡Qué guapo lo de tu colega! (risas).

¿Os veis de gira con El Altar del Holocausto? Eso sería cuanto menos transgresor…

No tenemos nada que ver con El Altar, toda la iconografía religiosa nos da una pereza que flipas Pedrito, además conocemos a uno de ellos y es un gilipollas (risas).

Vosotros no hacéis punk, hacéis “Ñunk”…, pero también podríais estar haciendo “munk” o “gunk” o “zunk”… etcétera. Según tengo entendido, lo de cambiar la primera consonante es puro anti todo.

Qué va, no tiene nada que ver con el anti todo; de hecho nosotros nunca hemos dicho que lo seamos. Lo de Ñunk viene de no saber hacia dónde tirar y de buscar una forma random de definirlo. Las etiquetas funcionan, hacen que la gente se sienta segura y calentita, además focaliza un público. Nosotros somos unos suicidas en ese sentido.

Tras atender a vuestras letras se me ocurre una pregunta la mar de pedante: a nivel filosófico, ¿qué os define más, el nihilismo o el absurdismo? No vale responder “el sudapollismo”.

Discordianismo.

¿Qué le diríais a Andy Warhol si le tuvierais delante?

Dame un cigarro para un porro.

¿Y A Duchamp, Dalí y el resto de iconos del dadaísmo/surrealismo?

A Duchamp le diríamos que la lió pardísima y que es un hijoputa, el resto de artistas de la época los estudiamos en la facultad en su día pero ahora somos contemporáneos, eso ya quedó atrás.

Eso de que el título de las canciones no se corresponda con su contenido, ¿es simbólico o es que vais a rumbo y os la suda?

Normalmente se suelen quedar con el nombre que le ponemos las primeras veces que las tocamos, y luego no lo llegamos a cambiar porque no creemos que sea tan importante. Además, quitando la de ‘Surf’, los nombres de las canciones corresponden con las frases de sus estribillos, está to pensao.

Hablemos un poco de influencias sin mencionar nada de punk, ni vasco ni internacional, ¿os atrevéis?

A cada una le gusta un estilo de música, literalmente, así sale el mesclaíto que somos. Nos gusta desde el rap hasta el deathcore. También el flamenco, la salsa e incluso el reggaeton lento. No sé, yo escucho Spotify.

¿Qué opináis de que ciertos medios musicales/periodistas aseguren que el trap es el nuevo punk? No recuerdo a Sid Vicious haciendo publicidad de ninguna gran marca comercial…

Supongo que dicen eso porque tienen algunos puntos en común, como puede ser la agresividad o la representación de la calle, pero, en nuestra opinión, difieren en muchas cosas. Cómo el trap ha pegado en la sociedad es una locura. Puede que saliese del underground, pero el sistema lo ha digerido, cagado y es otro brazo más del capitalismo, como todo.

¿Es este uno de los motivos de que defendáis el ñunk como nueva onda del anti todo?

Nosotros no tenemos nada que ver con el anti todo. De hecho el batería es pro-animalista, el bajista pro-justicia y uno de los guitarras pro-Evolution Soccer (risas). No somos Eskorbuto ni pretendemos serlo.

La situación actual, el circo político en que vivimos y la inminente nueva crisis, ¿os inspira para seguir dando caña al sinsentido y a lo transgresor?

La verdad es que nos influye bastante poco todo ese pifostio a la hora de componer y de tocar. Está claro que toda esa mierda nos afecta directamente y no podemos mantenernos al margen, pero a la hora de hacer música preferimos pensar en otras cosas.

¿Os veis actuando en grandes festivales, o sois más de fantasear con bolos de locura en la intimidad de una buena sala underground?

Pues donde mejor te lo puedes pasar es en una sala underground de estas como dices tú, ya que en esos conciertos estás en contacto directo con el público y es otro rollo completamente distinto. Hemos liado buenas; hasta tuvieron que cerrar una sala porque un colega se cargó un montacargas, pero no te voy a engañar, nos encantaría ir a festis megatochos y saborear las mieles del éxito.

Hablando de underground: ¿me podéis nombrar a tres bandas que os molen de la actualidad que sigan un poco vuestra misma línea?

Tres y las que tu quieras, con Principia Discordia, la asociación que tenemos, con la que funcionamos por el Estado haciendo festis, hemos hecho amigüitos por muchas partes, pero con las que desayunamos cada día son Las Selvas, Piñango Pop y Mamagigi’s. En la próxima entrevista pregúntanos por más de 3 y hacemos spam de mogollón de bandas más.

Y ahora, dejando a un lado el ñunk, vuestro sonido tiene mucho grunge y algo de funk. ¿Me lo invento?

Creo que tenemos un poquito de muchos frentes… De ahí viene el Ñunk. Somos un pollo sin cabeza corriendo en círculos, no sabemos muy bien qué estamos haciendo ni cuándo caeremos desplomados in the floor. Nos gustaría que viniera un musicólogo y nos dijera “¡VOSOTROS SOIS TAL!” y nosotros dijéramos “VA, D1”. Nos gustaría poder etiquetarnos en algo con lo que nos sintiéramos identificados.

Siguiendo un poco con lo anterior: ¿Os mola Pony Bravo y el rap español? No intento confundiros, me mola toda esta locura que habéis conseguido, con tantos elementos dispares.

A Pony Bravo yo no le conozco. En cuanto al rap español hay cosas muy guapas, de lo viejo te podría nombrar Perros Callejeros, Hermanos Herméticos o Chinatown. Y actualmente en mi opinión lo mejor que tenemos es El niño Trapani.

¿Qué opináis de propuestas como C.Tangana o Cecilio G? Ellos, a su modo, también rozan el límite, ya sea fomentando el machirulismo en un momento histórico en que el feminismo ha logrado posicionarse como la corriente de pensamiento más sólida, o utilizando animales en los shows en un momento en el que esto es duramente condenado por la opinión pública.

El Puchito creo que no ha hecho más que tirar por lo de siempre, y que sus letras no son muy diferentes a las del trap latino y cosas del estilo. En cuanto a lo de Cecilio G de llevar animales a los conciertos no me parece de ninguna manera transgresor, no creo que vaya más allá de la provocación o de llamar la atención, habrá cobrado bien del Sónar por hacerlo, o yo qué sé, si es que nos da igual lo que haga.

Entonces, ¿se puede ser transgresor y conservador al mismo tiempo? Hace un par de décadas serlo implicaba, en cierto modo, vivir lejos de la sociedad, en su lado oscuro, por así decirlo, allá donde la bendición de la sociedad de bienestar no alcanzaba a brillar.

Se puede ser todo lo que tú quieras, la peña es un amasijo de contradicciones constantes. Para ser transgresor hay que conocer bien la sociedad en la que vives. ¿Cómo vas a generar contracultura si vives alejado de la cultura? Nos parece contradictorio vivir aislado del Sistema y querer meter el dedo en la llaga. Auun así el Sistema está empezando a digerir ciertas cosas, y esto ya no tiene ni pies ni cabeza, aunque igual eso es lo más transgresor.

Para ir finalizando, ¿qué opináis de que algunos de los iconos más conocidos del movimiento punk, sus precursores, sean hoy en día hombres de negocios e ilustres miembros de la sociedad, con sus mansiones, sus coches del alta gama y una jubilación cuanto menos suculenta? ¿Era un cuento todo eso del “No Future”?

Creemos que les ha salido bien la jugada y se lo han sabido montar bien. Es normal que con 50 años no pienses del mismo modo que con 20, pero que no vayan ahora de embajadores de nada.

Para lo que ha quedado la contracultura, ¿no?

Qué va, tampoco tal.

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