La formación tricantina Vetusta Morla encuentra en su sexto álbum de estudio, “Cable a Tierra”, una zona de confort en la que quedarse a seguir experimentando, además de unir tradición con marcas de la casa.
Pensar una creación desde cero no es tarea fácil, y determinar qué abarca la misma menos aún, sobre todo para aquellos a los que la industria ha visto crecer. “Depende de a quién preguntes, unos te dirán que este disco estaba hecho para meter diez canciones, y otros te dirán lo contrario”, cuenta David García, batería. Álvaro Baglietto (bajo eléctrico) se lamenta de fondo: “Se han quedado tres fuera”. Al final, según cuentan, si bien la decisión final de las canciones que entran o se mantienen al margen es de su productor Carles Campón, ellos también tienen cierto poder de decisión.
Vetusta Morla se ha subido sin serlo al carro de la generación Z estrenándose en Tik Tok hace poco más de tres meses. Esta flamante red social ha sido partícipe del desarrollo de “Cable a Tierra” y todo lo que el disco engloba: la música rock y pop con texturas electrónicas, el folklore, salterios… Una combinación de estilos que resulta en canciones de lo más versátiles. “Nos va picando la curiosidad con el tiempo e intentamos dar con algo nuevo todos los días, al fin y al cabo son cosas que nos alimentan y que cuando se ponen en contexto con la banda lo que hace es enriquecer a Vetusta Morla”, explica David.
“De cara al disco nos hemos cuestionado cuál es nuestro folklore y cuáles son las músicas que dan sentido a lo que hacemos”, relatan. Vetusta Morla aprendió a usar herramientas tecnológicas modernas que ofrecen infinitas posibilidades, un aprendizaje que ha resultado en un disco que mezcla música hecha hace años en sitios rurales y de forma visceral, con cosas elaboradas en un estudio de grabación en pleno siglo XXI. “Había momentos en los que se hacía difícil combinar estos géneros, sobre todo a nivel estilístico por respeto a la música tradicional, existe cierto choque de géneros en todas las canciones. El disco ha funcionado porque nos hemos interesado por la música y los instrumentos que hemos utilizado en él”, argumenta Álvaro.

Pero, ¿presentó alguna dificultad el ya-no-tan-novedoso formato de TikTok? ¿Está Vetusta Morla familiarizada con esta red social? “A nosotros nos ha hecho gracia hacer estos vídeos e ir probando; nos hace ilusión el concierto que dimos a través de ella. Pucho juega diferentes papeles, Guille enseñaba los acordes… Son cosas que no acostumbramos a hacer pero con las que nos hemos sentido cómodos”, ríe Álvaro.
TikTok tambien da cabida a eventos que sólo ocurren una vez en la vida, como la retransmisión de un concierto (el primero en España) en directo del sexteto madrileño. “Nosotros no sabíamos que esto se podía hacer, de hecho vino por iniciativa suya, de TikTok, y nunca habíamos visto algo de estas características, así que pusimos toda la carne en el asador para hacerlo lo mejor posible”.
TikTok ha sido caldo de cultivo para centenares de artistas y bandas emergentes, y como banda afincada en la industria desde hace años, sus consejos seguro serán de sabios para quienes ahora están empezando. ¿Merece la pena seguir en TikTok después de la pandemia? “Esta red te ofrece un montón de posibilidades desde el punto de vista de la creatividad, pero al fin y al cabo creo que el sentido lo determinan los propios usuarios, de hecho está desbancando a otras redes y plataformas; es algo que muta y nos gusta ese concepto de que haya redes sociales que vayan muriendo”, comentan de acuerdo.
A día de hoy el cometido de sacar un disco y tener un proyecto es renovar la industria o mantenerse en ella. Vetusta Morla, que ha quemado y sigue quemando carretera, afirma que “cuando nos ponemos a hacer un disco nos miramos el ombligo y reflexionamos sobre todo lo que nos rodea. Desde fuera el público contestará, nuestras canciones han tenido su propia vida y es un ritual precioso, cada uno las va a hacer suyas y ojalá formemos parte de esas huellas que va dejando la industria y haya un relevo generacional que haga suyas nuestras canciones”.
La maquinaria en forma de banda dirigida por seis cabecillas logró construir “Cable a Tierra” en tan sólo tres meses. “Uno de nuestros mayores retos fue hacerlo en ese tiempo y compaginarlo con la banda sonora de “La Hija” aunque fueran proyectos cronológicamente separados y el segundo estuviera cerrado mucho antes de que la pandemia se llevara todo por delante”, admite Juanma Latorre, a la guitarra de la banda.
“Es curioso cómo percibimos el paso del tiempo. Tenemos la sensación de que todo ha cambiado, pero al mismo tiempo sigue igual”, se sincera Álvaro, seguido de los movimientos de cabeza afirmativos de Juanma y David al mencionar el aniversario de “Mismo Sitio, Distinto Lugar” el pasado noviembre. Cierto es que la explosión de Vetusta Morla vino con el cénit de los festivales a nivel nacional, dentro de un nuevo escenario donde se empezaba a acceder y dar a conocer la música bajo el amparo de Internet y las redes sociales.
“Sentimos que seguimos siendo los chavales que empezaron a tocar movidos por la ilusión de juntarnos a contar historias a través de las canciones, usándolas como pasaporte para viajar y compartirlas con la gente”, concluye Juanma.
Como ellos cantan, “ser valiente no es sólo cuestión de suerte”. También hace falta determinación, algo que Vetusta Morla lleva innato desde que aquel verano de 1998 escuchó por primera vez lo que ha acabado siendo una música que ha unido géneros y generaciones y que ahora va por una sexta entrega en forma de elepé titulado “Cable a Tierra”.
Fotos: Jerónimo Álvarez
Texto: Lucía Monsalve