Es extraño que tengamos la sensación de que el tiempo ha pasado volando desde el último álbum de Cala Vento, cuando justamente hubo una pandemia de por medio que se hizo eterna. Aún así, hagamos memoria: “Balanceo”, el tercer álbum de Joan y Aleix, dejó un final muy abierto con esa balada de ‘La importancia de Jugar al Baloncesto’ y la oda a la profundidad de ‘Fin de Ciclo’. ¿Empieza ahora otro? Tal vez. Porque hoy escuchamos ‘Conmigo‘, el último adelanto de su cuarto álbum, y nos parece que todo tiene TODO el sentido del mundo. Y atención, porque estamos hablando de que el dúo se lanza a guardar la guitarra y la bataca, para pillar el micro y convertirse en un binomio de crooners. A lo Johny Pierce cuando The Drums se quedaron en dos y, magia, se enamoraron de los sintes. Pues por ahí. La versión de los catalanes en esta atrevida canción es tan directa como arriesgada, pero no nos viene como un jarro de agua fría. Ya no porque sea lógica, sino porque el tema es buenísimo.
Pasan los meses, los años, y disco tras disco confirman de forma aplastante la clave de su éxito, que es, entre otras cosas, su talento creativo. Una banda capaz de sonar mejor que nunca cuando se despoja de sus armas instrumentales. No las necesitan, aunque sabemos que las usarán. Confirmado quedó con ‘Ferrari’, que cuadra más con el listado de referencias del disco que compartieron a finales de año. Óxido nitroso de guitarras, que sospechamos no será el único rugir si dicen que ‘Violence’ de blink-182 ha calado en el álbum. ‘Equilibrio’, en la línea más indie, nos daba una idea más o menos formada, porque, de nuevo, ‘Casa Linda’ fue una declaración de intenciones hacia la balada.
Todo por ver y por intuir, con una idea aderezada y a la vez vaga. El cuarto trabajo de Cala Vento, producido a través de su propio sello (Montgrí), está a la vuelta de la esquina y aquí estamos mordiéndonos las uñas; para variar.