Lunes por la noche y una sala Bikini abarrotada para ver por última vez a The Jim Jones Revue antes de su separación. En el ambiente se palpaba la excitación y es que después de esa noche no íbamos a poder verlos más en directo. Abrió la velada John J. Presley con su blues garagero de tintes oscuros. Su voz ya le ha valido comparaciones con Tom Waits y tras la publicación de Left, el primer single, merece que le sigamos la pista, pues el británico promete.
Se acerca la hora. Pasadas las 21:30 y con el ambiente caldeado, Jim Jones y sus secuaces, saltaron al escenario, desbocados y enérgicos, con la única premisa de hacernos disfrutar mientras se dejaban la piel en cada canción, en un concierto que no decayó en ningún momento y que incluso fue in crescendo aún empezar con una fuerza y intensidad al alcance de sólo unos pocos. Nos hicieron sudar, encadenando tema tras tema sin tregua, ‘Gotta Be about me’, ‘shoot first’, ‘Burning the house down’, quemando literalmente una sala Bikini excitada y sudorosa que cantó, bailó y salvó su alma como ya profetizaron en su álbum Here to save your Soul.
Su rock ‘n’ roll primitivo con influencias del rhythm & blues más sucio y un equilibrado setlist donde no faltaron temas clásicos como el enorme ‘Dishonest John’, o el último single ‘Collision Boogie’, contagió a todos los presentes dando paso a una orgía de rock salvaje en la que casi nos revientan los tímpanos. Y es que lo mejor de Jim Jones Revue es precisamente que todas las piezas encajan. Su puesta en escena parte de la sencillez tomando de ejemplo el rock ‘n’ roll del Killer, el siempre frenético Jerry Lee lewis, directo y crudo, pero es que no es necesario más.
Uno de los momentos de mayor intensidad llegó de la mano de ‘Cement Mixer’ y un Jim Jones seductor dirigiéndose a la multitud que lo aclamaba y se agitaba mientras él se contoneaba. Sólidos, salvajes y contundentes así se mostraron de principio a fin, como es habitual rebosando actitud y fuerza.
Movimientos pélvicos endemoniados y mucho rock ‘n roll para despedir a un grupo al que echaremos mucho de menos. Lo peor del concierto precisamente fue su final tras dos tandas de bises donde no faltaron elemental o high horse. Eché de menos ‘In & Out of Harm’s Way’ pero más les voy a echar de menos a ellos.
Texto y fotos | Lulu Voodoo