Vulk no son un grupo de post punk al uso: tras tres años de reflexión sobre su propia identidad, la banda integrada por Julen Alberdi, Andoni de la Cruz, Alberto Eguíluz y Jangitz Larrañaga ha conseguido darle otra vuelta de tuerca a un sonido, el suyo, dado a evolucionar ya desde sus meros inicios. Añadiendo capas, matices y algún que otro recurso sonoro no abarcado anteriormente, el grupo vasco dispara con bala hoy, y se marca un tabula rasa absoluto, con el lanzamiento de «Vulk ez da», su notable nuevo álbum editado bajo Montgrí.
Porque Vulk ya no es (traducción literada al español de «Vulk ez da») lo que era. Ahora es un ser octópodo que aglutina referencias de todo tipo, y las escupe sobre el lienzo sin temor alguno. Traqueteos de Shame, Preoccupations y de los Bodega de pincel más grueso salen a la palestra en una obra digna de ser revisionada.
