Que Inglaterra está pasando por una de sus mejores épocas musicales en materia de post-punk es indiscutible. Levantas una piedra, y te sale una banda como Heartworms, la antítesis de una mariposa comercial: Jojo Orme es una larva. A día de hoy, no es del todo habitual escuchar grupos tan llenos de rímel como el suyo. Por entrevistas, sabemos que el pasado más inmediato de Ormo estuvo turbado por actitudes racistas y sexistas que sufrió cuando estudiaba Producción e Interpretación. «Yo, siendo como soy, no dejé que me afectara«, declara en una charla con la NME. Y la verdad es que esta decla describe bastante bien a la artista que tenemos delante. Una chica en la que podemos ver a una PJ Harvey (de la que es fan, dice), que nos la imaginamos escupiendo sobre el escenario, cantando suave, aguda, pero también grave, gótica, espectral… y gritando a pelo. Todo eso es ‘Consistent Dedication‘ (producido por Dan Carey, que ha trabajado con Wet Leg o Squid) uno de los dos singles oficiales que ha lanzado con el sello Speedy Wunderground.
‘Retributions Of An Awful Life‘ también se arrastra por esos lares chungos: guitarras apelmazadas, voces desdobladas, a menudo con tonos muertos vivientes a lo Dry Cleaning, que se retuercen sobre bases claustrofóbicas salidas de una cabeza maníaca que podría ser la de Vasquez en The Soft Moon. Por ahí van los tiros. En esta propuesta se suman muchas cosas. Muchas fuerzas. Y muchos pasados oscuros que ahora vuelven al presente en forma de revés letal. Jojo Orme, Heartworms, devora sus males como si fueran materia inerte. Es todo tan natural y orgánico que da gusto, «tronco».