Escuchar este disco y olvidarte de todo por un rato. Del pasado, de qué inspira a quien, del porqué de todo; “Lo que tenga que ocurrir, ocurrirá”. La filosofía de Iji suena declarada, pero es que su fondo es precisamente esto. Antes que nada, tengo que deciros que los he descubierto de carambola por curiosear en la vida de Conor Oberst. De ahí he sabido que en 2003 el estadounidense fundó un pequeño sello llamado Team Love Records (también otro llamado Saddle Creek) que alberga grupos del perfil de Bright Eyes como Iji.
Ellos son de Seattle y cuentan con tres álbumes en su mochila, el último, “Whatever Will Happen”, la razón de este post. A decir verdad, en él hay poco rock, aunque el camino a seguir lo marquen bajo, guitarra y batería. La voz es atípica e imperfecta (tiene un aire a Paul Heaton de Housemartins), pero toca el alma. Y ‘Cruisin USA’, el mejor caso para notarlo. En todos los sentidos. Por compararla con el videojuego de arcade (un clásico de carreras), diría que comparte el vivir y disfrutar del presente, con la parsimonia y desenfado propio del tema, la armonía de las trompetas, victoriosas, y las pinceladas funk celebrando la vida.
Echándole un vistazo al artwork del disco, las impresiones acaban comulgando con lo que escuchas. ‘Hard 2 Wait’, en cierto modo melancólica, aspira a seguir hasta el final de la carretera. Hasta el horizonte, que es pura fantasía, ilusión. Hay otras diez canciones por las que desconectar con este álbum. Artesanas, variadas (‘All the light’, con las voces femeninas y la melodía apacible, me recuerda más a un tema de Lacrosse) y con un fondo sincero y bondadoso. Una suerte haberlos conocido.