TMATNB: vía crucis existencial de la fiesta a la resaca

El terreno de exploración de TMATNB (The Morning After The Night Before) es lo que ocurrió entre la noche de ayer y su próxima mañana. Se trata de un período concreto: suele iniciar cuando se encienden las luces de un club que ha existido en un suspiro, y termina siempre con el abismo interior que nos devuelve la mirada cuando cerramos los párpados en un ridículo intento de conciliar el sueño. No hablamos, pues, de gestas hedonistas cuando todos los gatos son pardos ni de un banal martilleo de cabeza domingo al mediodía, sino del proceso de negociación con uno mismo que ocurre entre ambos.

Los integrantes de TMATNB (Betu, Mingu y Jandro) han transitado caminos tan dispares como el grunge, el techno y los ritmos tropicales, y podemos percibir algo de todos ellos ya sea en espíritu o en influencia musical. Sin embargo, con quien mejor emparejaríamos al grupo es con referentes como HVOB, y más tangencialmente New Order o LCD Soundsystem. Los cinco temas que componen el EP ‘It’s Ok’ vienen cargados de ritmos y dinámicas que tanto nos harían menear las patitas a las 4 de la madrugada como acompañarían el latido de nuestro malogrado corazón en horas bajas, y están apuntalados con beats acolchados que bien podrían quemar subwoofers o mecer nuestros pobres tímpanos en el sofá de casa. Esta dualidad guía a la banda basculando entre el enraizamiento en la pista de baile y la melancolía de su lírica.

Nuestra primera toma de contacto es ‘Party sober’, envolvente baño sonoro a base de capas de sintetizador, cajas de ritmos y atmósferas guiadas por una voz que, a caballo entre el inglés y el catalán, juega a la vez afectación sincera y esa sorna autoconsciente que sublimó en su día Jarvis Cocker con sus susurros. Identificamos en esta introducción un éxito capital: presentarnos a un personaje que se hace con nuestra empatía. Es por ello que cuando, más adelante, en ‘Interlúcid’ nos diga “Cec i sol sé qui sóc” (ciego y solo sé quién soy), no estaremos escuchando un mero juego de palabras, sino una verdad narrativa con calado emocional. Por supuesto, al final del viaje (‘Sleepless’) nuestro protagonista se meterá en la cama acompañado por música muy similar a la de su epifanía.

Resultaría goloso seguir profundizando en la vertiente narrativa del álbum. Sus motivos principales, la dualidad y la repetición, se expresan también por doquier en lo formal, ya sea en el uso constante de binomios y de palabras casi homófonas, en estructuras musicales, y en la misma portada (obra de la artista de collage La Paranoia). Demos un paso atrás antes de perdernos demasiado en estas cosas. Más que nada de todo esto, lo que tienen TMATNB para nosotros es un viaje de escucha tremendamente disfrutable, con melodías certeras y picos de alto octanaje (véanse ‘The Entrance of the Exit’ o ‘I Feeeel off’). He aquí una nueva sustancia adictiva que no nos dejará dormir por las noches.

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Similares a: HVOB, New Order, LCD Soundsystem

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