[Crítica] James McCartney – Available Light (2010)

Personalmente, no soy de aquellos que creen que todos los hijos de las grandes estrellas que intentan abrirse un hueco en el mundo de la música lo hacen simplemente por ser hijos de quien son. Al contrario, siempre escucho con ganas los trabajos de los retoños de los grandes, y es que soy de los que piensan que gran parte de la inspiración se lleva en la sangre y en todo lo que te ha impregnado desde pequeño. Hay algunos “hijos de” –pienso en Jakob Dylan, por ejemplo- que están sobrados de talento y que se bastan por sí solos para hacernos vibrar. Este no es el caso de James McCartney, hijo del gran Paul. O por lo menos no es eso lo que se desprende de su primer lanzamiento.